Melilla ha registrado este verano un aumento del 23,3 por
ciento de las denuncias de mujeres víctimas de violencia de
género, al pasar de las 23 que se habían producido en junio
a las 30 del mes pasado. En rueda de prensa, la jefa de la
Unidad de Coordinación contra la Violencia sobre la Mujer,
Rosa López Ochoa, indicó durante la jornada de ayer jueves
que con este aumento de las denuncias, Melilla vuelve a
situarse en el mismo nivel de marzo, cuando hubo 31.
López Ochoa mostró cierta preocupación por este incremento,
que podría analizarse desde dos puntos de vista distintos: o
las víctimas “se están animando” a denunciar a sus agresores
al recibir más información y asesoramiento, o bien se trata
realmente de un repunte de la violencia machista en la
ciudad.
En cualquier caso, avanzó que la Unidad de Coordinación
contra la Violencia sobre la Mujer de la Delegación del
Gobierno analizará esta evolución de los datos para conocer
“a qué responde” este aumento, si bien consideró que las
cifras que se están dando en Melilla “no reflejan unos
parámetros muy altos para la población que hay” en la
ciudad.
En total, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han
interpuesto en el primer semestre de este año 168 denuncias
por violencia machista. Además, han sido detenidas 103
personas por violencia machista, 20 por quebranto de
condena, y 17 por quebranto de la orden de alejamiento a la
víctima.
Asimismo, en Melilla hay actualmente 123 víctimas que
cuentan con protección policial permanente y sus agresores
tienen una orden de alejamiento dictaminada por resolución
judicial.
Medidas telemáticas
En su comparecencia pública, López Ochoa presentó
oficialmente las nuevas medidas telemáticas aprobadas por el
Gobierno central para dar una mayor seguridad y protección a
las víctimas de violencia de género.
Según explicó, desde el 24 de julio están funcionando unos
nuevos dispositivos que, en los casos graves y siempre que
lo dictamine un juez a través de una resolución judicial, se
habilitarán tanto al agresor como a la víctima para tenerlos
localizados a través de GPS y alertar a las Fuerzas de
Seguridad del Estado cuando se quebrante la orden de
alejamiento.
Así, el agresor llevará dos dispositivos, uno parecido a un
teléfono móvil, de pequeñas dimensiones y poco peso, que
lleva incorporado un GPS para tenerlo localizado en todo
momento. El otro aparato es una pulsera o tobillera
electrónica que emitirá una serie de señales cuando entre en
las zonas donde tiene vetado el acceso por la orden de
alejamiento, las cuales serán recepcionadas en un centro de
control desde el que se dará aviso a los Cuerpos de
Seguridad del Estado.
Los dispositivos para el agresor serán gestionados por la
empresa Securitas Direct y serán colocados al agresor en
sede judicial 24 horas después de que el juez dictamine la
resolución.
Por su parte, la víctima contará con un terminal parecido a
un móvil que también lleva incorporado GPS y un botón de
alarma, que ésta podrá activar cuando se vea en una
situación comprometida. Esta alarma llegará a un centro de
control desde el que se dará aviso inmediato a las Fuerzas
de Seguridad.
Este dispositivo es más completo y avanzado que el que se
proporcionaba hasta ahora a las víctimas, que son unos
teléfonos móviles para que puedan pedir ayuda, si bien no
llevan una alarma incorporada como ocurre con los nuevos
terminales.
El dispositivo antiguo está siendo utilizado actualmente por
11 mujeres en Melilla, si bien los nuevos elementos
telemáticos todavía no se han empezado a aplicar en nuestra
ciudad.
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