Mientras veía la televisión que
retransmitía uno de esos “bolos” del verano, por más que se
jueguen en EEUU o en Bollullos del Condado, me llevé una de
las impresiones más fuertes que puede recibir una persona,
al oír que acababa de fallecer, repentinamente, el capitán
del Español de Barcelona, Dani Jarque.
Automáticamente pensé en el fútbol modesto de Ceuta, del que
tantas veces he escrito y he dicho que los reconocimientos
médicos, en muchos de los equipos, no existen, especialmente
en aquellos en los que el listo de turno es capaz de hacerse
con un “sello” y nombre de un médico, con lo que aparecen
fichas rellenas y, aparentemente, firmadas por un médico,
pero sin haber pasado ese reconocimiento.
En esto, lo he dicho en muchas ocasiones, la Federación
tiene que ser inflexible, porque conoce lo que hay, y tiene
un largo camino que recorrer, especialmente cuando saben que
los profesionales íntegros no firman una licencia sin haber
pasado el correspondiente reconocimiento, mientras que hay
otros que firman hasta la partida de defunción del ganadero
del toro que mató a Manolete, y si no lo firman proporcionan
todo para que alguien, sin escrúpulos, juegue con lo que
puede ser la salud de los chavales.
Si hasta ahora no ha sucedido algo grave, aquí, ha sido
porque la mano salvadora de todos los santos y de todos los
dioses deben haber intervenido. Esperemos que el milagro
continúe, aunque yo prefiero que en vez de esperar milagros,
se pasen los pertinentes reconocimientos a los chavales y
que sean reconocimientos de verdad. Hay tiempo de hacer las
cosas bien.
Y no es que con unos reconocimientos bien hechos ya el
deportista sea intocable, a las pruebas me remito, por
cuanto hace menos de un mes Jarque, como todos sus colegas
había pasado satisfactoriamente ese examen médico, y hoy ya
lo tenemos lejos de nosotros.
¿Qué ocurre?. ¿Es que no se hacen bien esas pruebas?. ¿Es
que los métodos de trabajo, los tests de resistencia, los
métodos alimenticios, las “vitaminas” para fortalecer y todo
lo demás están pasando por encima de lo que es la propia
resistencia humana?.
Curiosamente ya han comenzado las comparaciones de lo que
son las pruebas que se realizan en otros países, como
Italia, y las que se hacen aquí. Al final no pasaremos de
las simples hipótesis, dependiendo de qué corrientes
científicas sigan unos u otros, pero o es mucha coincidencia
desagradable, o aquí, que somos el país más profesionalizado
y que más paga a sus grandes figuras, somos el “culo del
mundo”, porque de otra forma no se explica que en la alta
competición en dos años hayan muerto, en el inicio mismo de
la temporada o antes, dos jugadores de equipos de primera
división y que otro, perteneciente al más grande de los
equipos del mundo, esté sin poder jugar por haber sufrido un
“desmayo” similar al que se llevó a Puertas y a Jarque.
Creo que ha llegado el momento de revisar las estructuras
que controlan la salud y además con los mejores médicos
pagados por el fútbol y que no sean únicamente los médicos
de cada equipo los que den el visto bueno, para jugar o no.
Hoy hay mucho dinero en circulación en el fútbol y no se
puede escatimar su parte para tener la total certeza de que
el futbolista está, de verdad, apto para seguir el ritmo que
se marca para poder competir. La muerte de Jarque debe ser
el inicio de una nueva forma de actuar.
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