No cabe duda alguna de que la
clase política no pasa por sus mejores momentos. Ahí están
las encuestas, esas en las que no creo, que viene a
demostrar, según el CIS, que ninguno de ellos alcanza el
aprobado
Pero no pasa sólo en España, sino en casi todos los países,
democráticos me refiero, porque en las republicas bananeras,
ahí están todos locos de contentos con los que manda. Y
pobre de aquellos que no lo estén. Esos, los que no están
contentos con ser gobernados por un dictador de poca monta,
no sólo lo tiene crudo, sino que van de idem.
Por eso me hace gracia, cuando algún dictadorcillo, de
alguna república bananera, ante la presencia de las bases
americanas en Colombia, alegan que esas fuerzas de los
americanos de América, van a perturbar la paz de los
gobiernos demócratas de aquella región entre, los que por
supuesto se encuentran las auténtica democracias, ejemplos
para el mundo mundial como Cuba, Venezuela y el país de Evo
Morales, autor de la frase.
Por escoger cualquiera de estos tan democráticos países
sudamericanos, escojamos Cuba o Venezuela ejemplos de la
defensa de los derechos humanos, sin preso políticos en sus
cárceles, sin cerrar periódicos, radios o televisiones, por
el simple hecho de que los que escriben, comentan o dicen,
va contra los derechos del pueblo. Por cierto, sin querer
molestas lo más mínimo ¿cuáles son los derechos de eso
pueblos?.
Los derechos de esos pueblos dominados por dictadorcillos de
medio pelo, es la total sumisión al personaje, cual manda de
borregos que sigue al pastor camino del redil. Y pobre del
borrego que intente irse de la manada, será mordido por el
perro del pastor que con esa mordida le hará volver por su
bien, naturalmente, a reunirse con la manda que intentaba
abandonar.
Viene todo esto a cuento de lo que realizan, algunos medios
de comunicación, en su afán por no perder “la tela
marinera”, empleando a sus mejores plumas en dedicarse al
lanzamiento o a la critica, según convenga de determinado
partido o personaje importante de esos partidos.
Las alabanzas o las criticas, pueden pecar por exceso o por
defecto, tanto monta, monta tanto. Y en la mayoría de las
ocasiones, perjudican más que benefician. Habla todos los
días, alabando a una persona, la pone a los pies de los
caballos, por que el personal se cansa de escuchar siempre
lo mismo y termina sin hacer ni...caso, todo lo bueno que se
está diciendo del personaje en cuestión.
Pasa igual por defecto, cargar todos los días las tintas
sobre los mimos personajes, les llevan a crear mitos o
mártires porque, en esa ocasión el personal empieza, al
principio, por sentir lastima y poco después a admirarlo.
Los humanos siempre tenemos un sentimiento de lastima por
aquel a quien se está castigando. O sea por el más débil.
Tanta una como otra campaña hay que saber hacerla, si no
queremos que se vuelva como un boomerang contra quienes
alabamos o criticamos. Ahí queda eso.
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