La empresa de medio ambiente Obimasa ha emitido un informe
en el que recomienda a la dirección del proyecto de reforma
de San Amaro, gestionado por Procesa, la protección de tres
de los árboles del parque. Previamente, se había establecido
que no era necesaria una declaración de impacto ambiental,
por lo que el trabajo se ha limitado a estos consejos sobre
el tratamiento de las especies delicadas o de más valor de
este espacio verde, que cuenta también con un palmeral
“interesante”.
La empresa municipal de Medio Ambiente, Obimasa, ha emitido
ya un informe con las recomendaciones a seguir en la reforma
del parque de San Amaro, proyectada por Procesa, para no
dañar algunas de las especies vegetales que lo pueblan. Tal
como explicó el biólogo autor del trabajo, Ricardo Ugarte,
los únicos ejemplares que se ha recomendado no tocar son dos
araucarias y un ombú que se considera “no soportarían un
trasplante”. De ahí que el especialista aconseje, en estos
casos, modificar el proyecto si fuera necesario.
Arbolado “urbano”
Como paso previo a la realización de este trabajo, fue
necesario determinar, tal como consideraron los técnicos,
que no era preceptivo llevar a cabo una declaración de
impacto ambiental. No obstante, los especialistas de Obimasa
han dispuesto de los planos del proyecto, redactado por el
arquitecto de Procesa Ángel Moreno, para poder determinar
las afecciones en este arbolado “urbano”.
De acuerdo con la información facilitada por Ugarte, el
trasplante de las araucarias, coníferas originarias de la
isla de Norfolk (Australia), no es “aconsejable”, al igual
que sucede con el ombú. En este caso, se trata de un árbol
procedente de la Pampa Argentina, y el que existe en San
Amaro es, según lo describe el biólogo, un ejemplar
probablemente centenario y “de gran porte”, pues su tronco
tiene cinco brazos.
Ugarte apunta que de acuerdo con la normativa mediombiental
de aplicación, durante las obras habrá que procurar proteger
estos árboles con tablones de madera con el fin de evitar
vertidos de productos tóxicos o contaminantes que pudieran
dañarlos y preocuparse de que se mantengan “frescos”.
En lo que se refiere a otras especies, por ejemplo, de
palmeras, se trata de plantas más resistentes a los
trasplantes y de hecho, algunas de ellas e van a trasladar
en agosto o septiembre “sin mayor problema”, señala el
experto.
En cuanto a los arbustos y otras plantas presentes en el
parque, Ugarte indica que en los casos en que hayan de ser
retiradas, las obras servirán para sanearlos y renovarlos.
“Algunos están un poco viejos y no tienen gran valor, son
bastante comunes y baratas por lo que se puede aprovechar
para mejorarlas”, concluyó.
Para el biólogo, el parque tiene “su valor” desde el punto
de vista botánico, y entre los elementos de mayor interés
cita la presencia en la pérgola de unos falsos pimenteros de
hoja ancha (Schinus terebinthifolius), “que tienen un gran
porte y son muy antiguos”. También resultan interesantes un
alcornoque de unos 55 años y, en general, el palmeral, que
cuenta sobre todo con datileras y canarias.
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