Los hechos se produjeron el cuatro de julio en la rampa del
Club Naútico del CAS cuando varios agentes de la Policía
Nacional divisaron al acusado conduciendo un quad con una
moto de agua remolcada.
Según declararon los propios policías durante la celebración
del juicio ayer en el Juzgado de lo Penal número 2, el
vehículo parecía robado y “al comprobarlo en nuestra base de
datos constaba como ello. Por eso lo detuvimos siguiendo las
pautas de la Ley de Enjuiciamiento Criminal”. Ante la
situación, el imputado argumentó que lo había comprado
mostrando la propia factura de adquisición pero luego “lo
puse a nombre de otra persona, sin haberlo ocultado ni nada
porque tenía muchas multas”.
Por su parte, el segundo agentes explicó que “él nunca nos
dijo que el quad era suyo, alegó que era de otra persona
pero sí es cierto que colaboró con nosotros en todo momento
e incluso tenía la llave de contacto”.
Tras las declaraciones de las partes involucradas, la
representante del Ministerio Fiscal manifestó que no
existían indicios de que el quad fuera robado pero solicitó
la deducción de testimonio, es decir, regresar a los
interrogatorios iniciales por un presunto delito de
alzamiento de bienes punibles. Sin embargo, el letrado de la
defensa pidió la libre absolución de su cliente por ello el
magistrado decretó la espera hasta la posterior sentencia.
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