Todo tiene un límite. Y no me
provoquen porque tengo un “repente” macarra-calorro
auténticamente calamitoso. A ver, me expliquen el por qué, a
estas alturas agosteñas, no tenemos todavía la “Serpiente
del verano” periodística correspondiente a la estación. Ya
saben, algún tipo de noticia escandalosa que motive al
personal y que palie la sequía de temas dignos de ser
tratados y comentados por el personal a la hora del desayuno
en el bar. De hecho, en esta España nuestra, los asuntos que
no se debaten en los bares es que son flojitos e importan un
ardite.
¿Qué en las Baleares han detenido a políticos peperos? Un
aburrimiento y todo muy cutre, policialmente hablando, ni un
mísero video filtrado a las televisiones de las viviendas de
los detenidos, ni mujeres e hijos artificiosamente
pringados, por nada personal, por hacer bulto y darle lustro
y prestigio a la Operación. ¡Qué sosez!. Las detenciones ya
no entretienen al público y los supuestos pinchazos
telefónicos a tipos del PP aburren a las ovejas, por mucho
que los populares anden airados y enrabietados. Porque, en
las altas esferas, son como los napolitanos, que crean las
tragedias para vivirlas y montan dramas partiendo de
estupideces y pamplinas. De hecho, si no quieren que les
oigan cuando hablan que se alarguen a “La tienda del espía”
y se pillen un aparatejo para distorsionar la voz o que lo
pidan a Andorra que es más económico y de paso le rezan una
Salve a la Santísima Virgen de Meritxell, que es una talla
románica auténticamente primorosa, más bonita que un San
Luis y con un mensaje místico notable. Más me interesa la
bella policromía de la Virgen de Andorra que los agravios de
Génova 13 porque les escuchan. Y vulneran sus derechos. ¡No
se pierdan la “novedad” de la “vulneración de derechos”!.
Para troncharse ¿De donde proceden Rajoy y sus muchachos?
¿Del planeta del ET?. Una buena “serpiente del verano” sería
la noticia de que no se vulnera “algún” derecho, por lo
novedoso, sorprendente e inusitado. Algo casi, casi,
sobrenatural. Realmente inusual.
Y en plan anecdótico les cuento la historieta de una
asistencia a un detenido en un juzgado de Marbella. Por tema
de supuesto blanqueo. Ya saben que ahora hay que ser muy
cauteloso, un poner, van y compran una bolsa de chucherías
en un kiosko y lo mismo no interrogan al kioskero sobre la
procedencia del dinero con el que le compró las gominolas al
mayorista y no es todo ¿Quién dice que, el mayorista no
adquirió las chuches en la fábrica con dinero de ilícita
procedencia? ¿Y el fabricante de dulces? ¿De donde sacó los
cuartos para montar la empresa? Todo negro como el betún. Y
mientras se demuestra a base de tiempo en prisión dejándose
la vida, los dineros, la honra y la salud, que el “entramado
empresarial” de la “Operación Gusanito” no es tal, embargan
e intervienen todo lo que se menea y no se menea y el
mandamás nombra un administrador judicial que se olvida de
darle el pienso al chihuahua y de enchufar las neveras de
los helados del kioskero, el chucho se muere, los helados se
derriten, las familias de los presuntos blanqueadores pasan
a pertenecer a la “Estirpe Trankimazín” y los participantes
en el tema justifican sus sueldos y ven crecer su autoestima
por la erótica del poder. ¡Qué fácil es buscarle la ruina a
una criatura en este Sistema despiadado!. ¿Qué si mi
defendido era el de la bolsa de chuches?.Más o menos. Por
eso le informé amablemente, porque soy muy cumplida, que,
desde el momento en que, un ser humano se sienta ante un
juez y en presencia de un fiscal, es considerado culpable. Y
a partir de ahí se tiene que dejar la piel en demostrar su
inocencia. Informo con corrección y va el fiscal y se
mosquea y me dice que, mis palabras eran improcedentes. Un
duro ataque contra mis sentimientos religiosos, ya que, como
cristiana, no puedo mentir. Y mentiría si dijera que existe
la presunción de inocencia y que el juez o el fiscal van a
poner en entredicho las historietas policiales. Y por cierto
¿Por qué los fiscales suelen tener la expresión de estar
siempre chupando un limón?. No todos, eso sí. Los conozco de
oro, como Antonio Morales, un hombre de Dios. Y un pitagorín.
¿Una buena serpiente de verano? “Carod imputado por
blanquear oscuras subvenciones vacacionando con toda su
trouppe en Nueva Guinea Papua con la excusa de dar financiar
los taparrabos de plumas con los que, los indígenas tapan
sus vergüenzas cuando ejecutan danzas tribales”. Pero para
“eso” no hay cojones en España. Para los inofensivos sí.
Para los “otros” no. ¡Cuan faltitos estamos!. Lo digo
mejorando la presente y sin ánimos de señalar.
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