El empresario ceutí Sebastián Galo tiene la firme idea de
rehabilitar el interior de su edificio para convertirlo, más
de 20 años después, en un teatro que acoja actuaciones de
primera línea. La idea va más allá y ya ha comunicado a la
Ciudad que pretende darle características de edificio
multifunciones, con el fin de ofrecerlo para acontecimientos
como los carnavales, semanas culturales como cortometrajes o
conciertos. Galo espera tenerlo terminado a medio plazo.
Cuando uno entra en la sala del antiguo cine Terramar tiene
la sensación de retroceder en el tiempo y de ver un público
de domingo elegante y con sombrero, dispuesto a asistir a la
sesión de la semana, a la película o la actuación de moda en
España.
En los últimos años, el ventanal del piso bajo se ha
convertido en un escaparate luminoso y amplio. Dentro, en lo
que antaño fueron los camerinos, el ambigú, la zona de
descanso, hoy día se observan los restos de una gran
exposición de muebles, un comercio que no le ha sido del
todo rentable a este empresario. Las butacas del graderío
han sido sustituidas por plataformas sobre las que se
exponían estos muebles.
En la sala de proyección han anidado las palomas, ya que el
temporal rompió algunos ventanales de la parte alta. Pero ni
la lluvia ni el mal tiempo hicieron estragos a los cimientos
de este coloso. Cuando se encienden las luces uno contempla
el esplendor del tiempo pasado y del futuro. No hay columnas
ni pilares ni dentro del anfiteatro ni en el patio de
butaca. “Tiene fácil restauración”, dice Sebastián Galo. Le
hace falta pintarlo, derribar los tabiques (en muchos casos
de cartón piedra), acondicionar las salidas de emergencia,
poner el escenario, todo el sistema de iluminación, tanto
para artistas como público, además de los camerinos y
cuartos de baño. La base está, pero necesita una reforma.
“Estamos a punto de recibir liquidez bancaria para ponernos
a funcionar. Yo calculo que con 50 ó 60 mil euros se podría
empezar a rehabilitar el teatro”.
Galo lo tiene claro: “Quiero hacer de este edificio un
teatro líder, de altura, traer a artistas como Sara Baras o
Arturo Fernández”, comenta. Han sido varias las
negociaciones con la Ciudad: “Surgieron varias ideas, hubo
negociaciones y la que más cerca estuvo de cuajar fue la de
levantar un mercado en la planta baja, una guardería y una
casa de viviendas de siete plantas, pero al final se rompió
el acuerdo”. Galo va a hacer este teatro por su cuenta: “No
puedo estar parado, ni ver este edificio sin uso alguno.
Estamos decididos a rehabilitar ésto como edificio
multifunciones, para que acoja grandes eventos, espectáculos
de primera fila nacional o alquilárselo a la Ciudad para los
carnavales, conciertos, festivales de cortometrajes o
cualquier proyecto cultural que tenga”.
Antiguamente eran 2.800 las personas que cabían en este
teatro y cine, pero la capacidad se reduciría en esta nueva
etapa, aunque no demasiado, ya que la estructura acabará
siendo la misma. “Ahora mismo estoy tratando con los peritos
y estoy a la espera de comenzar a hablar con un arquitecto”.
Además, el empresario espera alquilar la zona del escaparate
como local de comercio y sacar una rantabilidad por ello.
En cuanto al aparcamiento, Galo dice que no tendría por qué
haber problemas, ya que se va a construir un edificio de
aparcamientos subterráneo público debajo del teatro de Galo,
junto a la plaza Nicaragua. En un futuro, el empresario
también espera conseguir la recalificación del arroyo
Paneque y toda la vaguada que llega hasta la avenida
Ejército Español, ya que la Consejería de Fomento pretende
construir un vial que llegaría desde la actual Comandancia
de la Guardia Civil hasta la avenida de Madrid, más de
13.000 metros cuadrados.
La idea del teatro satisfaría la reivindicación que el
presidente de la Asociación de Vecinos de San José Hadu hizo
en este periódico, en la que pedía que se buscaran
soluciones para atraer al cristiano nuevamente hacia esta
barriada.
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El interior también albergará un espacio para bodas
musulmanas
Aparte de ser un teatro o un lugar
para conciertos o festivales, el edificio Galo también
tendrá una parte para celebraciones y, especialmente, para
las bodas musulmanas, que se han quedado sin sitio
paulatinamente en la ciudad y cuyos demandantes están
acudiendo a Marruecos para efectuarlas. En una sala bajo
planta se habilitará la cocina, mientras que el escenario
del teatro podría servir para la celebración. El empresario
no ve inconveniente en que se conjugue una cosa con la otra,
a pesar de que las bodas duran hasta tres días seguidos.
Este proyecto, menos costoso que el de rehabilitar un teatro
será ejecutado lo antes posible, aunque primero debe
concretar si hacen falta más salidas de emergencia o más
extintores. Esas conclusiones deberán ser elaboradas por los
técnicos.
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