Cuando, bastantes años atrás, nos apetecía tomar un helado
artesano, solamente existía un lugar en toda Ceuta que
pudiera ofrecerlos. Se trata del emblemático establecimiento
de Los Pulpos, ya desaparecido. Pero si hablamos de la zona
centro, casi hay que retroceder a los finales de la década
de los sesenta y primeros años de los setenta para encontrar
algún establecimiento que elaborara los sorbetes.
Hace quince años que La Jota abrió sus puertas, aunque
previamente ya se habían desplazado a Alicante para aprender
la elaboración del helado en todos sus procesos, con las
variantes para darle los diferentes sabores que se ofrecen
en la vitrina.
La heladería funciona desde el principio de la actividad de
este negocio. Desde el primer día se elaboran allí los
helados que se ponen a disposición de los clientes.
Poder disponer de una gama amplia de sabores tiene sus
trucos, que han ido aprendiendo a lo largo del tiempo
gracias a su participación en eventos, ferias y certámenes
sobre helados que se desarrollan a lo largo de toda la
geografía nacional. “Vamos adquiriendo conocimientos,
aprendemos de las novedades. Siempre hay que estar al día”.
Doscientos litros al día
Normalmente se consumen entre cuarenta y cincuenta cubetas
de cinco litros de helado. De todos ellos, los que más se
gastan son los que tienen chocolate entre sus ingredientes
principales, seguido de los de sabor a fresa, kinder, chicle
(especialmente destinado a los niños).
Tanto consumo de helado implica también un gran esfuerzo en
su elaboración permanente. Miguel Bruno comentó que cada
semana se suelen dedicar cuatro días completamente a
elaborar estos riquísimos preparados, quedando los demás
para mantenimiento.
De martes a sábado se producen los helados en la cocina de
La Jota, donde son introducidos en grandes congeladores para
su conservación. Miguel confirmó que el sábado es uno de los
días más fuertes de ventas de helados, como preludio del fin
de semana.
La media de sabores diarios está en veinticuatro, que se
aumentan hasta treinta los fines de semana para no tener
siempre los mismos en la vitrina. Aprovechando la temporada
de verano se introducen los sabores de frutas como la
sandía, melón o manzana. Es en este mes de agosto cuando se
hace el cambio de gustos con la elaboración con las frutas
frescas.
Inicios
La idea de instalar una heladería en el centro de la ciudad
surgió cuando el hijo de Miguel Bruno estudiaba en Sevilla,
por lo que viajaban a menudo a aquella ciudad y encontraron
una heladería que les gustó mucho. Por aquel entonces había
una heladería en Ceuta de mucha calidad, Los Pulpos, pero
contaba con la dificultad de encontrarse bastante alejada
del núcleo de población.
“Yo vi que faltaba algo así en el centro de la ciudad, no
había ningún sitio donde poder tomar un helado artesano, ya
que en las cafeterías que había el helado era industrial”.
Así nació la idea de montar una heladería con cafetería y
baguetería.
Estamos en la época veraniega y en numerosos lugares de la
ciudad se ven los puestos de venta de helados industriales,
por lo que podría influir en los artesanos, pero desde La
Jota confirmaron que no es una competencia que les afecte,
ya que el producto es completamente distinto. “En verano,
nosotros funcionamos muy bien, al igual que en invierno, que
mantenemos la producción”.
Es curioso, pero destacaron que se nota un poco la falta de
cultura de consumo de helados que existe en otros países, en
los que se considera como un alimento más y aunque haga frío
el helado es un postre muy consumido.
Al alcance de todos
Los precios, están como todo, con los gastos en materias
primas y los empleados que se dedican a ello se ajustan
mucho para que el cliente lo tenga más asequible. Los
barquillos cuestan dos euros y cincuenta céntimos, los
grandes a tres euros, los pequeños a dos, igual que las
tarrinas peqeñas. Las grandes, cuatro euros y si lo quiere
en mayor cantidad, medio litro sale a ocho euros y el litro
a catorce con cincuenta. Además, también hacen tartas
heladas por encargo, con un precio de treinta euros.
Con estos calores, lo cierto es que los helados se
convierten en un buen argumento con el que poder
refrescarnos a la vez que tomar un rico alimento al gusto de
cada uno de los consumidores.
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