La semana de las Fiestas Patronales resultan cada año un
oasis en medio del desierto. Un periodo en medio de las
vacaciones de verano, lejos del inicio de las rebajas donde
se consiguen picos de ventas. Es por eso que muchos ponen
ciertas esperanzas por reconducir sus maltrechas economías
en estos días.
Pero para la mayoría este año no podrá ser. Las esperadas
ventas no han llegado, ni siquiera se ha podido igualar a
años anteriores (en términos generales), según apuntan los
comerciantes.
“Este año la semana de feria no ha sido tan buena como en
ocasiones anteriores”, apuntó Ignacio Tendero, presidente de
la Asociación Centro Comercial Abierto. El turismo marroquí,
fiel cliente de las tiendas del centro sigue presente e
incrementa sus visitas, en la medida de lo posible, en estas
fechas. Pero este año la mayor presencia de personas en las
calles no se ha traducido en más ventas.
Explicaciones hay muchas aunque ninguna es segura al cien
por cien. Los factores son los mismos que en otras épocas
del año. La crisis (sobre todo) obliga al ciudadano a mirar
cada euro que gasta. También está la frontera, cuyo tránsito
es más difícil en verano. Los comerciantes saben que el
turista marroquí es de clase media- alta y las esperas y
colas no suelen ser de su agrado. Luego quedan los precios
de los barcos.
El Centro Comercial Abierto remitió hace unas semanas un
comunicado a la Delegación y la Ciudad solicitando en la
medida de lo posible hacer más fluida la circulación por la
frontera, según precisó Tendero. La carta ha sido bien
acogida.
Una vez finalizadas las fiestas y hasta llegar a las
Navidades quedará un largo peregrinar para los comercios.
“Septiembre y octubre son periodos difíciles para las ventas
por lo que aguzaremos el ingenio para estar en la calle y
tratar de llegar al ciudadano”, explicó.
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