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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 5 DE AGOSTO DE 2009

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

No es cuestión de títulos
 


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

Veo que la gran actuación del waterpolista de Ceuta, Guillermo Molina, podría hacer cambiar la actitud de más de uno para, definitivamente, darle su nombre al nuevo polideportivo que entrará en funcionamiento en pocas semanas.

Vistas así las cosas, creo que sería haber valorado, hasta ahora, muy poco a Guillermo Molina, cuando está destacando, desde hace varios años en la alta competición, como un fuera de serie en su modalidad deportiva.

Lo que hay que mirar no es una competición determinada, sino toda una trayectoria, y la de Guillermo Molina, afortunadamente, no ha terminado todavía, porque su juventud le tiene que llevar a lograr otros muchos éxitos.

Hemos dicho, y lo voy a seguir diciendo, que el ponerle, ahora mismo, su nombre a un polideportivo, sería estar valorando en su final su trayectoria, cosa que no ha sucedido y que tardará en darse.

Y lo que he dicho, también, y lo seguiré diciendo es que frente a la juventud y toda una vida por delante, está el recuerdo de alguien que dio gran parte de su vida por la promoción del deporte en Ceuta, culminando con el establecimiento de un organismo que regulara, controlara y pusiera en movimiento, de verdad, el deporte en nuestra ciudad, con la creación del IMD, hoy ICD.

Esa persona, hace casi treinta años, logró poner en marcha algo que sigue ahí hoy, que ha movido el deporte, que ha dado trabajo a muchas personas y que además ha hecho que algunos políticos puedan ejercer como políticos del deporte, en una parcela totalmente autónoma.

El verdadero creador del IMD, hoy ICD, jamás reclamó ninguna prebenda por su obra. Él lo había hecho porque consideraba que era un deber desde su cargo y ahí quedó, mientras él vivió y para la posteridad.

Pero es más, si en vida de José María Rodríguez Portillo alguno de los que éramos sus amigos hubiéramos osado decir que su nombre apareciera, como homenaje a su obra, en cualquier instalación, tanto a su gran amigo Aurelio Puya como a mí, que era amigo suyo desde hace muchos años, nos hubiera dicho:” vosotros estáis locos, hice eso porque Ceuta lo necesitaba, no para que me den un homenaje”.

Por eso, precisamente, por su trabajo, su humildad y su hombría de bien, ahora que ya no está entre nosotros, su nombre merece aparecer en una de las instalaciones emblemáticas de la Ciudad, y ese polideportivo lo va a ser.

No sería de recibo que por algo tan efímero, como puede ser una medalla olímpica, un Campeonato del Mundo, o un subcampeonato se cambiaran las ideas y con eso, repito, tan efímero se olvidara toda una trayectoria, política, educativa y humana a favor del deporte.

No me cabe duda de que los resultadistas, que se apuntan al triunfo del momento, van a dejar en el olvido toda una vida, pero sería una equivocación que les recordaríamos a cada instante.

A partir de aquí y de hoy, hasta que el polideportivo tenga su nombre, no volveré a escribir sobre el tema, pero si en Ceuta hay responsabilidad en el deporte y sensibilidad con los que trabajaron por ello, el polideportivo nuevo se tendría que llamar: Polideportivo José María Rodríguez Portillo. Lo he dicho varias veces y lo sigo sosteniendo.
 

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