Desde la ventana de la cocina de
mí casa, tengo una atalaya perfecta, que me permite dominar
todo el recinto ferial. Dispongo, pues, de una magnifica
vista, que me permite observar hasta los más mínimos
detalles.
Que duda cabe que el recinto ferial me trae recuerdos
imborrables a mi mente. Desde mi participación en la
presentación de espectáculos, donde he tenido la suerte y el
honor de dar paso a las mejores atracciones nacionales e
internacionales de aquellos momentos, hasta formar parte de
la directiva, durante nueve años de la caseta de “Los
Abanicos”,que fundó mi hermano Pepe.
He participado de forma tan activa, en tantas y tantas
ferias durante tantos años, que ya apenas me atrae el
recinto ferial bajando, al mismo, en escasas ocasiones. Es
más, en la mayoría de las ocasiones, mi bajada a la feria,
consiste en sentarme en la churrería que está instalada en
el jardín, frente a casa, tomarme un chocolate con churros,
y disfrutar viendo pasar al personal camino del recinto
ferial.
Desde el primer día de feria, desde mi particular atalaya,
he disfrutado viendo en el jardín donde se encuentran
ubicado “Los Baños Árabes” a una juventud llenando a rebosar
aquel lugar, divirtiéndose sanamente. Eso una feria
paralela, que yo le llamaría la de los “capitalistas”. O sea
una de aquellas ferias de mi juventud, donde el poder
adquisitivo brillaba por su ausencia.
La juventud, que duda cabe, tiende a buscar el divertirse lo
mejor que pueda, con el dinero disponible en sus bolsillos.
Lo mismo que, en mi época, hacíamos los “capitalistas” de
aquel entonces. Botella de vino en Sandeman, par de vueltas
en el carro de las patas, entrada para ver a Manolita Chen y
punto final, a cada jornada ferial.
Hoy, esos mismos “capitalistas” que como nosotros siempre
están en crisis, tienen ese lugar para reunirse y tomarse
par de copas, de los productos comprados en algún
supermercado que, por supuesto, no sólo les sale más barato
sino que, además, pueden pasar horas y horas divirtiéndose.
Que digo yo, que como todos cuantos vivimos por aquellos
lares, estamos clasificados en categoría A, o sea los que
más impuestos pagamos y lo que menos recibimos, por el poder
que me confiere se de ser categoría A, pido para esta feria
paralela que montan los chavales, que el próximo año les
pongamos un alumbrado extraordinario.
Hombre ya que somos los que más impuestos pagamos y menos
recibimos, que menos que les pongan ese alumbrado
extraordinario a estos chavales. Ahora, eso sí, que no se
les vaya a ir la luz y esté una hora si venir. Bueno eso, al
fin de cuentas, no seria importante los “capitalistas” que
estamos acostumbrados a estar con las luces apagadas.
He sentido la tentación de bajar y unirme a esos chavales
para pasar, en su compañía un rato agradable porque, sin
duda alguna, sigo formando parte de los “capitalistas” que
para eso, donde vivo, estoy clasificado en categoría A.
Igual mañana, por un suponer, me bajo un rato con ellos.
¡Juventud divino tesoro! .
|