Merece su espacio, sin duda, la
fiesta anual que gira en torno a la excelsa Patrona de
Ceuta, alcaldesa perpetua de la ciudad que lleva el nombre
de la esperanza de un continente, África, tan ligado a lo
nuestro. Hoy, su especial manto que cubre a su magnífica
figura. La leyenda cuenta que el emperador Justiniano, envió
la imagen al gobernador Procopio. Más tarde fue enterrada
por los cristianos cuando la invasión musulmana y tras la
irrupción portuguesa, dicen que se apareció bajo un
resplandor en las lomas de Otero y desde entonces protege a
la ciudad y a su población, toda ella. Hoy es su día, Salve
a la tradición.
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