La segunda campaña de prospecciones de la Carta Arqueológica
del Norte de Marruecos ha supuesto el hallazgo de dos nuevos
yacimientos de época antigua, uno de ellos, muy relacionados
con Ceuta. Se trata de un enclave romano, una factoría de
salazón que estuvo en funcionamiento en la misma época que
la de Ceuta, entre los siglos II y IV d. C. Además, se ha
encontrado un poblamiento púnico en altura, situado en una
colina, que cuenta con una zona fortificada y que se ha
datado entre los siglos II y III a. C. En el proyecto,
financiado por la AECI, trabajan 25 investigadores
españoles, de la Universidad de Cádiz (UCA), y marroquíes.
Los alrededores de la ciudad están siendo un continuo foco
de hallazgos arqueológicos para los investigadores de la
Universidad de Cádiz (UCA) que junto a colegas marroquíes
elaboran la Carta Arqueológica del Norte de Marruecos. Uno
de los directores del equipo por parte española, el
arqueólogo ceutí Darío Bernal, señala que la sensación es
similar a la que vivió en el año 2000, cuando llevó a cabo
la Carta de Ceuta, un trabajo que arrojó, entre otros,
descubrimientos de la importancia del yacimiento
prehistórico de la Cueva y Abrigo de Benzú.
Si tal como señalaba recientemente José Ramos, el otro
investigador de la UCA que trabaja en este proyecto,
codirector además junto a Bernal de la investigación de la
Cabililla, los hallazgos de época prehistórica realizados en
la que puede considerarse en términos históricos como la
“región” de Ceuta han sido “espectaculares” no lo son menos
en lo que se refiere a los períodos antiguo y medieval. En
el mes que ha durado el trabajo de campo del equipo
hispano-marroquí se han sacado a la luz 28 nuevos
yacimientos y los dos más importantes de la antigüedad son
una factoría de salazón romana que se ha datado en el
período imperial (siglos II al IV d. C) y que por tanto,
habría estado en uso en el mismo momento que la ceutí, y los
restos de un asentamiento púnico del siglo III al II a. C.
En este último caso, su singularidad reside, según subrayó
Bernal, en el hecho de tratarse de un poblamiento “en
altura”, es decir, situado sobre una colina en la que se ha
hallado además una zona fortificada. Se trata del único
yacimiento de este período histórico encontrado hasta la
fecha en Marruecos con estas características, ya que lo más
común es que en época púnica los asentamientos se ubicaran
junto a los cauces de los ríos.
De forma paralela, y mediante la realización de
prospecciones “selectivas” dado lo extenso del área
estudiada, entre Cabo Negro y Castillejos, los
investigadores, unos 25 entre profesores y alumnos
universitarios de últimos cursos o doctorandos, han excavado
en yacimientos descubiertos durante la primera campaña de
este proyecto. En el de Kitane, situado en la zona
periurbana de Tetuán, se ha realizado un sondeo
estatigráfico para documentar toda la secuencia, con niveles
fenicios. Junto con el de Ceuta y otro situado en las
cercanías de Melilla, el de Sidi Dris, se trata del único
poblado de la época de la costa Mediterránea a este lado del
Estrecho.
Este segundo período de trabajo de campo ha servido también
para excavar un taller de ‘púrpura’ (tinte muy apreciado por
los romanos) junto al cual se ha descubierto otra fábrica de
salazón también del siglo II d. C.
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El proyecto busca la protección de los enclaves
Uno de los principales objetivos
del proyecto hispano marroquí de la Carta Arqueológica del
Norte de Marruecos, con programación para cinco años y que
comenzó en 2008, es la protección de los enclaves de interés
arqueológico en una zona del vecino país que está
experimentando “un importantísimo crecimiento urbanístico”.
De ahí que los responsables del trabajo, que está financiado
por la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI)
hayan propuesto ya a la administración del Reino alauí, tal
como señaló Darío Bernal, la adopción de medidas que
garanticen la integridad de dos de los yacimientos que se
consideran más importantes, ambos romanos. En otros casos,
se trata al menos de documentar y estudiar de forma
apropiada los vestigios antes de que puedan ser destruidos.
Las prospecciones arqueológicas de este equipo están
sirviendo también para inventariar y hacer un catálogo de
elementos del Protectorado Español en la zona.
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