Más aún que la impresionante mole blanca y acristalada
del Centro Neocatecumenal Diocesano Sancta María de África
que se inaugura hoy a mediodía con la presencia del
presidente de la Ciudad, Juan Vivas, y el obispo de la
Diócesis de Cádiz y Ceuta, Antonio Ceballos, al aparcar ante
el inmueble sorprende la cuadrilla de una treintena de
personas que se afanan, inopinadamente sonrientes y felices
bajo el sol y el Levante, en rematar los detalles del
inmueble para que todo esté listo hoy. Dentro, amable y
disperso, espera el catequista itinerante del Camino
Neocatecumenal (conocidos, aunque no les guste, como ‘los
kikos’ por su fundador, Kiko Argüello) en Cádiz y Ceuta,
Juan de Mena.
Pregunta.- ¿Cuánto tiempo lleva entregado a la catequesis
itinerante del Camino Neocatecumenal?
Respuesta.- Llegué a Ceuta por primera vez en 1978, pero no
en solitario. Somos un equipo de misión que integramos mi
esposa y yo mismo, nuestros dos hijos, un sacerdote y
habitualmente un seminarista.
P.- ¿Cuántos neocatecúmenos había en 1978 en la ciudad?
R.- Muy pocos. Existían dos realidades muy pequeñas en [las
parroquias de] Santa Teresa y San Juan de Dios.
P.- ¿Cuántos son hoy?
R.- La realidad no es muy grande. Somos trece comunidades.
P.- ¿Qué quiere decir con ‘comunidad’?
R.- Me refiero a un grupo de personas... Nosotros no
elegimos a las personas, no buscamos un sector social.
Predicamos y viene quien Dios quiere que venga, desde
jóvenes de 14 años hasta ancianos. Esas comunidades hacen
una iniciación cristiana, un proceso catecumenal que tiene
una serie de etapas en las que gradualmente la persona va
creciendo en la fe. Aquí en Ceuta no son muy grandes,
alrededor de 20 ó 30 personas cada una.
P.- ¿Esa iniciación y formación cristiana no es tarea de
la estructura parroquial clásica de la Iglesia católica?
R.- Sí, pero la hace a un nivel muy sencillito, de bautismo
básicamente, pero el gran problema de esa persona es que no
pasa por un proceso de destrucción del principio de pecado y
tiene muchísimas dificultades: los matrimonios se rompen,
hay divorcios, aparece la esclavitud del vino... El proceso
catecumenal lo que pretende es que la gracia bautismal no
sólo sea recibida, sino operativa, de forma que cambie
radicalmente de conducta.
P.- Aparentemente, entonces rivalizan con la estructura
parroquial
R.- No. Estamos siempre al servicio del obispo en cada
Diócesis. No somos un instrumento paralelo o independiente,
sino coaligado. Estamos aquí porque el obispo de Cádiz está
de acuerdo con esta modalidad de iniciación cristiana, está
de acuerdo con que estemos aquí y nos autoriza a ser
colaboradores suyos.
P.- ¿Cuántas parroquias de Ceuta han aceptado que
trabajen en su interior?
R.- Tres: Los Remedios, Santa Teresa y San Juan de Dios. En
ellas hay varias comunidades. Los miembros pertenecen
jurídicamente a ella, pero el Camino viene a continuar con
una formación permanente el sacramento.
P.- ¿Los neocatecúmenos van a la misa tradicional del
domingo o se limitan a la suya propia, del sábado por la
noche?
R.- El Camino tiene una liturgia de una Palabra semanal, una
Eucaristía comunitaria y una convivencia al mes. Con estos
tres pilares se sostiene la vida de las comunidades, que
también participan de la vida del resto de la parroquia. El
Camino no busca la separación, pero tiene una pastoral
eucarística con características particulares para facilitar
la iniciación cristiana, un carisma especial.
P.- ¿Cómo entra la gente en las comunidades
neocatecumenales?
R.- Siempre de la misma forma: en el mes de octubre solemos
iniciar un periodo de evangelización en las parroquias y en
la calle. Las personas que van a las convocatorias comienzan
un proceso que termina en Navidad. Quienes creen que lo que
han conocido les ayuda y les interesa forman una nueva
comunidad de iniciación cristiana con los catequistas
locales y los párrocos.
P.- ¿Para qué pretenden que sirva este edificio?
R.- Este Centro Neocatecumenal será una ayuda genérica para
todas las parroquias que tienen el Camino y para otras
actividades de personas de la península o el Norte de África
que ya están en su periodo de iniciación cristiana.
P.- ¿Por qué aquí, en Ceuta?
R.- Esa es la gran pregunta. No lo sabemos. Aunque parezca
un disparate estamos haciendo un edificio... Nos sentimos
obligados por Dios a hacerlo aún sabiendo que parece una
locura. La Fe nos dice que Dios se ha empeñado. Echamos las
redes en muchos municipios de la provincia de Cádiz, pero
las puertas se han ido cerrando y la que se abrió fue la de
Ceuta. Hemos visto una serie de señales de Dios para seguir
adelante: que el obispo quiera, que quiera este edificio tal
como es...
P.- Enorme
R.- Yo pensaba ¿para qué cien camas? ¿para qué un salón tan
grande?, pero él está convencido de que debía ser así para
ser un verdadero servicio a esta ciudad y al Estrecho
P.- ¿La gente que está trabajando en la puerta son
voluntarios?
R.- Es un milagro que tengamos a cien personas, carpinteros,
electricistas... que se han pagado su propio viaje. Eso es
muy raro. Que las empresas estén dispuestas a rebajar sus
precios al de costes, que las navieras nos ayuden, que
Aduanas nos ayude... Es tal la cantidad de personas que han
entendido que era necesario hacer esto que es imposible que
esto no venga de Dios. Hay muchas señales que nos confirman
que Dios está empeñado en que levantemos esto y lo
levantemos aquí.
P.- No me ha dicho para qué va a servir todo esto
R.- ¿Para qué? Nosotros queremos ayudar a la gente, a los
matrimonios para que no se separen, a las chicas para que no
aborten... Pero no me pregunte más porque no lo sé. ¿En qué
consiste todo esto? ¿Por qué tan grande?
P.- ¿Será una especie de centro de convenciones
neocatecumenales o un espacio de asistencia abierto durante
un horario concreto?
R.- Estará al servicio del trabajo de evangelización del
Camino Neocatecumenal en la Diócesis. También podrá acoger
un encuentro de obispos, pero no un albergue para turistas
que vayan hacia Marruecos. Nosotros no podemos tener una
actividad económica. Somos una entidad sin ánimo de lucro,
una institución religiosa, un órgano de la Diócesis. Esa es
nuestra naturaleza y esa debe ser la de nuestro centro. Esto
no va a ser un hotel.
P.- Si descontamos el voluntariado y los descuentos que
les han aplicado, ¿quién ha pagado todo lo demás? ¿Cómo se
paga?
R.- Nosotros no hemos hecho ninguna colecta. Dios nos ha ido
marcando la pauta para hacer este disparate absoluto. Él nos
ha ido marcando los ritmos y las fuentes de financiación
para no hacer daño a nadie: hemos organizado actividades,
desde casetas de Feria hasta corridas de toros; venta
ambulante de mil cosas... Pero llega un momento que la gente
se agota, a pesar del apoyo de la provincia Cádiz y de
muchos de sus municipios como San Fernando y otros, que se
han volcado para facilitarnos la ejecución de este proyecto.
Después, como en el Génesis, entendimos que lo que había que
hacer era pedir a terceras personas que nos ayudaran. Y
hemos tenido cientos de bienhechores
P.- ¿Por algún interés?
R.- Yo creo que la gente tiene una sensibilidad especial
hacia Ceuta, que sabe que las cosas están difíciles para la
Iglesia. La gente sabe que tiene que apoyar a la Iglesia,
que corre muchas dificultades. No sé si será por eso o
porque Dios se empeñó en que tengamos aquí esta historia.
P.- Una vez terminado, ¿quién es el propietario legal de
este Centro Neocatecumenal?
R.- La Diócesis de Cádiz y Ceuta. El punto cuatro de los
Estatutos del Camino Neocatecumenal dice que no tiene
ninguna propiedad. Hemos construido el edificio íntegro para
la Diócesis, que nos concede el uso y gobierno del mismo a
su servicio. Nosotros estamos regalándole a la Diócesis este
edificio.
P.- ¿Quién estará físicamente al frente del inmueble?
R.- Un matrimonio que se ha ofrecido para la misión y que
dejará la ciudad de Cádiz para entregarse aquí como
misioneros.
P.- ¿Pagados por la Diócesis?
R.- Nadie cobra nada. Ni nosotros [el equipo de catequistas
itinerantes] ni los voluntarios que nos ayudan.
P.- ¿Entonces de qué viven?
R.- De la misericordia de Dios. No me pregunte cómo, pero
llevamos comiendo aquí un mes y yo no sé cómo se paga esto.
P.- Alguna idea tendrá, ¿no?
R.- No se puede imaginar la cantidad de camiones, de
regalos, que recibimos.
P.- ¿Regalos de miembros de las comunidades
neocatecumenales?
R.- No siempre. Le pongo un ejemplo. Todo el mes de julio
hemos comido unos postres magníficos que nos ha regalado una
empresa que no tiene nada que ver con el Camino. Es sólo un
detalle. De pronto llega una persona y nos regala aceite.
Ayer nos llegaron 200 kilogramos de azúcar. Pan congelado.
Mermelada. ¿Y esto cómo es? Todo gratis. Creemos en esto. El
Señor nos guía y nos conduce incluso en esta precariedad.
P.- ¿Los neocatecúmenos suelen ser gente de posibles?
R.- No, son gente sencilla. Nuestro perfil es el de la gente
que Dios nos trae aquí: estudiantes, gente mayor, jubilados,
personas con muchos sufrimientos y heridas... No hay una
selección. El gran milagro que estamos viendo es que hay
gente que llega aquí sin trabajo y al mes le llaman. Dios
bendice a todo el que viene aquí. Esto es un milagro.
P.- ¿A qué atribuye la mala prensa que tiene el Camino?
R.- Es normal. Todo grupo que surge, hasta que es conocido y
asimilado, pasa por lo mismo. Les pasó a los Franciscanos, a
los Jesuitas, a Santa Teresa, al Opus... El Papa ya ha dicho
que esto es una obra de Dios y se puede aceptar o no, pero
así es.
P.- ¿Se identifica bajo la etiqueta de neoconservador?
R.- Me río porque al principio decían que eran justo lo
mismo pero al contrario: comunistas, y a Kiko Argüello le
perseguían las juventudes fascistas. La Iglesia no inventa
nada, recibe un depósito, lo custodia y lo transmite. Si
Dios ha dicho lo que hay que hacer, ¿quién es la Iglesia
para tocarlo? Nadie.
P.- ¿Usted cree que no se ha tocado nada?
R.- No. Podemos decir que ha habido un Papa así y otro asao,
pero ninguno ha tocado, en 2.000 años, la doctrina de la Fe.
Jamás. Nunca.
P.- Antes hablaba del divorcio. ¿Qué le parece que se
declaren nulos ciertos matrimonios?
R.- ¿Qué dice Jesucristo al respecto? No permite el
divorcio. Ningún Papa va a aceptar el divorcio católico.
P.- De facto lo hay
R.- Eso es otra cosa. El divorcio es la anulación de un acto
jurídico. Se anula el contrato, pero la Iglesia no puede
aceptar que lo que Dios unió lo separe el hombre. Lo que
hace es considerar nula la unión por un error, un vicio
inicial.
P.- Si un miembro del Camino, a pesar de todo, se
divorcia, ¿queda expulsado?
R.- No es así. Podrá divorciarse, pero si está realmente
iniciado es muy difícil que lo haga. El problema es muy
simple y nosotros tenemos la obligación de decirlo: mientras
recibes de tu pareja funciona, pero el punto está cuando no
pasa eso, y entonces Jesucristo no dice ‘Sé bueno,
esfuérzate’. No es así. Lo que ve es que esa persona no
tiene capacidad para amar y viene a destruir el principio
del pecado para liberar al hombre y darle lo que no tiene,
el espíritu de Dios, que le da fortaleza para vencer los
sufrimientos de la vida. ¿Puede continuar en la comunidad
quien se divorcia? Cada caso es diferente.
P.- ¿Ustedes exigen un 10% de sus riquezas a todos los
miembros de las comunidades?
R.- Es mandamiento de la Iglesia darle diezmos y primicias.
No es el Camino, es la Iglesia, pero jamás obligatoria. Debe
ser libre y anónima. Nosotros ayudamos, muchísimo, pero sin
que la mano izquierda sepa lo que hace la derecha.
P.- ¿Son ustedes el ‘brazo armado’ en la calle del...?
R.- ¿Del Papa?.
P.- No, del PP. ¿Hasta dónde llega su alineamiento
político activo?
R.- Cero. La política es izquierda y derecha, pero la
política está en otra cosa: o ser de arriba o ser de abajo.
O de vivir la Fe o de la tierra. La Iglesia es católica y
acoge a todos.
P.- ¿Cuál es la relación del Camino con otras religiones?
R.- Buena. Cuando existe el espíritu de Jesucristo no puede
haber fricción de personas. Aquí trabajan algunos musulmanes
contratados y les ha sorprendido lo que han visto. Yo he
sentido comunión con ellos como hijos de Dios. Todos somos
personas. Esta obra la ha hecho un constructor judío; nos
han apoyado constantemente trabajadores musulmanes y tenemos
un gran número de bienhechores judíos. Debemos ayudarnos, no
porfiar, porque la Caridad está por encima de todo.
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