Un teniente de la Guardia Civil se ha quitado la vida de un
disparo en el puesto que la Benemérita mantiene en la zona
de preembarque del Puerto de Ceuta en los primeros minutos
de la madrugada de ayer martes cuando ejercía de oficial de
servicio. Los hechos se produjeron a las 00’20 horas. Los
compañeros del servicio habían concluido recientemente la
revisión de los vehículos del último ferry de la medianoche
hacia Algeciras y acudieron de inmediato al sonido de la
detonación seca del arma del teniente al que encontraron ya
sin vida con un disparo en la región parietal izquierda.
En su propio despacho de oficial de servicio, el teniente de
la Guardia Civil Sepúlveda se quitó la vida de un disparo a
las 00’20 horas del martes dia 4 de agosto.
La detonación seca de su arma se oyó para asombro del
servicio de guardia que a esas horas ya había concluido la
revisión de vehículos del último fast ferry con destino a
Algeciras de la compañía FRS.
De inmediato varios de los agentes entraron para comprobar
lo que ocurría y se dieron de frente con la dantesca imagen
del joven teniente yacente, sin vida, y con la impotencia
añadida de no poder hacer absolutamente nada por él.
José Ignacio Sepúlveda “tenía toda una carrera por delante
en la Guardia Civil”, comentaba compungido un compañero que
no salía de su asombro. El día antes el joven teniente había
estado compartiendo con varios amigos tiempo de ocio en la
noche de Feria ceutí.
Llevaba dos años ya como teniente en la Comandancia de
Ceuta. De hecho este fue su primer destino como teniente
desde que poco tiempo antes saliera de alférez de la
academia general.
Los que lo conocían no podían imaginar que una situación así
le pudiera sobrevenir.
Nadie sabe lo que pudo ocurrir “tal vez alguna historia
personal, pero nada merece un final así”.
El aturdimiento y las sensaciones frías entre el pesar, la
impotencia y el dolor que afectaba a todos los miembros de
la Comandancia ceutí no eran nada comparado con los
sentmientos de los compañeros de servicio y de sus propias
amistades.
La llegada del forense para certificar la muerte, el
traslado hasta el tanatorio para la posterios autopsia que
se realizó a las 09’00 horas de la mañana del mismo martes y
la salida del cuerpo hacia Marbella a las 14’30 horas de
ayer mismo, fueron horas de gran suplicio y desesperación
para los familiares.
El teniente Sepúlveda formaba parte de una familia de la que
tres de sus miembros (él incluido) pertenecen al Instituto
Armado. Su padre y uno de sus hermanos son también guardias
civiles.
El teniente tenía sangre benemérita y él formaba parte en sí
mismo de ese instituto armado. Es más, Sepúlveda, deja
pareja sentimental guardia civil ella también.
“Una madrugada muy larga”, explicaba un guardia civil
próximo al malogrado teniente. Repetía una y otra vez
En la Jefatura la noticia cayó como una jarro de agua fría.
No es la primera vez que una cosa así ocurre, el año pasado
otro guardia se quitó la vida por el mismo procedimiento.
“Nadie sabe lo que pasa por la mente humana en un momento de
desesperación”, se lamentaba un mando de la Comandancia
ceutí.
Despedida en el puerto
Nada ‘raro’ salvo la situación personal que vivía el
teniente en su ambiente más íntimo podría ser la causa de
esta decisión tan drástica.
La familia rota ni daba crédito ni acertaba a comprender. En
un ambiente quebrado por el dolor, los familiares recibieron
el cuerpo sin vida pasado el mediodía de ayer para su
traslado a la península y recibir sepultura en Marbella
donde residen. Hasta el puerto se acercó la cúpula de la
Comandancia ceutí y el delegado del Gobierno.
|