Momento propicio, en mitad de las
celebraciones festivas de Ceuta, para la imposición de
merecidos escudos de oro de la ciudad a quienes a lo largo
de su trayectoria vital han desarrollado una labor relevante
en pro del terruño y se han distinguido por su dedicación e
interés demostrado en el progreso de la Ciudad. Un
reconocimiento claramente merecido a los Manso, Querol y
Ahmed que obedece al deseo de hacer constar públicamente,
mediante una concesión honorífica de este calibre, tales
esfuerzos.
En un acto solemne, como debe ser, el presidente -en nombre
de los ceutíes- dejó patente la insignia en las solapas de
estos tres reconocidos paisanos que han destacado
fundamentalmente por su amor a Ceuta
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