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ACTUALIDAD - MARTES, 4 DE AGOSTO DE 2009


los homenajeados junto a vivas. reduan.

ENTREGA DE LAS MEDALLAS DE ORO DE LA CIUDAD 2009
 

Manso, Querol Postigo y Ahmed ven reconocido su denuedo por la concordia

El militar, el político y el imam reciben en el antiguo Salón de Plenos de la Asamblea los Escudos de Oro de la Ciudad
 

CEUTA
Gonzalo Testa

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Tres esencias de Ceuta, lo militar más como principios y valores que como gatillo; lo político desde la vertiente más reivindicativa, autonomista y localista, ceutista en suma, y la religión entendida como canal de entendimiento y no de confrontación recibieron ayer sendos Escudos de Oro de la Ciudad en las personas de Luis Manso, José Antonio Querol Postigo y Abdeselam Ahmed.

El antiguo Salón de Plenos de la Asamblea sirvió ayer al presidente de la Ciudad, Juan Vivas, en nombre de la Asamblea como órgano representantivo de toda la sociedad ceutí, para rendir tributo a tres personas que encarnan, cada uno desde su perfil, la mejor esencia de Ceuta. Fueron el militar Luis Manso; el político José Antonio Querol Postigo y el imam de la mezquita de Muley El Mehdi, Abdeselam Ahmed.

Tres hombres, dijo Vivas, del primer tercio del siglo XX, que encarnan, cada uno a su manera, tres esencias de Ceuta de las que acabaron de forjarse en aquella época, según repasó el presidente. La de la ciudad militar pero no agresiva; la de la ciudad multicultural y multirreligiosa que aspira a acabar de digerir las virtudes y complicaciones de las diferencias y la de la ciudad orgullosa de sí misma que reivindica ser vista como tal desde el resto de España.

Fue un acto sencillo y sentido al que acudió el delegado del Gobierno y gran parte de los diputados de la Cámara autonómica, así como un amplia representación de anteriores distinguidos por la Ciudad Autónoma por su aportación al progreso y bienestar de Ceuta y un nutrido grupo de familiares de los premiados que dio calor al evento con su palmas sin distinción de nombres.

No habló Querol Postigo, el político que quijotescamente luchó durante décadas por la Constitución y por su aplicación integral a Ceuta y del que el presidente alabó su permanente “compromiso con la ciudad”.

Sí lo hizo, en nombre de su padre, Mustafa Abdeselam, que aprovechó el micrófono para recordar a los presentes que “nuestra riqueza”, la de los ceutíes, “no es otra que la diversidad, creatividad y solidaridad de todas las comunidades que vivimos aquí”. Y por eso animó a perseverar sin cejar en el empeño por construir ese ambiente en el que “la dignidad humana esté por encima de todo” y en el que todos, de verdad, seamos iguales, y no unos más iguales que otros.

Manso repasó su vida y su amor a Ceuta, donde colmó los sueños de su difícil infancia y donde además de su amor, qué mejor hallazgo, halló el espacio, la compañía y el ambiente para escribir, para entregarse a la cultura y a lo castrense hasta alcanzar la felicidad “casi completa” de ayer, pues la total, advirtió “lo es de los ilusos”.

El tenor de la noche lo resumió también él, mejor que nadie, con una frase que Abdelatif Hwidar, el cineasta ceutí célebre, el hijo del imam, alabó a gritos (“¡así se habla!”, aplaudió) con su sensibilidad artística a flor de piel: “El mérito no reside en recibir glorias, sino en merecerlas”, dijo Manso y arrancó una ovación.

Vivas, que cerró el acto, glosó los méritos de los distinguidos y consideró “un honor” refrendar con hechos el acuerdo adoptado por unanimidad en Pleno. Resaltó los valores humanos que, llevados a la práctica, hacían de los reconocidos dignos receptores de tal “responsabilidad” y resumió su valor para Ceuta: “Llevan nuestro escudo sobre el corazón porque siempre han llevado en él a esta ciudad”.
 


Una distinción que premia la dedicación al progreso local

La concesión del Escudo de oro de la Ciudad de Ceuta está destinada a”mostrar el agradecimiento de ésta a personas que institucional o profesionalmente se hayan distinguido por su dedicación e interés demostrado en el progreso de la ciudad” y obedece al deseo “de hacer constar públicamente, mediante una concesión honorífica, tales esfuerzos”. Lo concede la Asamblea, a propuesta del Presidente o de un número de Diputados no inferior a cinco, pudiendo ser instada su entrega “por cualquier miembro de la Asamblea o por Entidad u Organismo público o privado”. El galardón es el escudo de Ceuta: “En campo de plata, cinco escusones de azur, puestos en cruz, cargados cada uno con cinco bezantes de plata, puestos en sotuer, con bordura de gules cargada de siete castillos de oro, dos en jefe, dos en flanco y tres hacia la punta”.
 

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