LUNES. 27
A José Luis Cordero lo suelo ver de higos a brevas.
Lo cual es normal. Ya que lleva bastantes años viviendo en
la Costa del Sol. Eso sí, cuando viene a Ceuta hace todo lo
posible por encontrarme. Y a mí me encanta que lo logre.
Porque me agrada sobremanera charlar con él. Lo hemos hecho
siempre. Desde el primer día que yo puse los pies en esta
tierra. Lo cual no quiere decir que hayamos estado de
acuerdo en todo momento. De haber sido así, no habría habido
etapas en las cuales nuestras diferencias parecían que
podían dar al traste con nuestra amistad. Menos mal que
entre nosotros nunca dejó de aflorar el sentido común y en
un santiamén solíamos dejar resueltas nuestras diferencias.
Hoy hemos estado tomando una cerveza en La Pérgola. Y
durante media hora, más o menos, le hemos dado un repaso a
la actualidad ceutí. José Luis, por más que siga las
peripecias de su tierra por medio de este periódico, no
acaba de entender ciertas situaciones. Y, claro, yo procuro
explicárselas como mejor sé. Aunque, por la cara que pone,
me da la impresión de no creerme. En realidad, cualquiera
que no esté al tanto de casi todos los entresijos de la
política local, le costará lo indecible creerse ciertas
actuaciones que parecen esperpénticas. Es el caso de José
Luis Cordero.
MARTES. 28
Cada semana me cuentan una historia relacionada con la
Asociación Deportiva Ceuta. En esta ocasión, mi confidente
me pone al tanto de cómo reina la alegría entre los
directivos del equipo por la ruina que existe en el Grupo IV
de Segunda División B. En el cual figuran algunos equipos
con las arcas vacías y que no saben aún si podrán participar
en la Competición. Lo que les hace pensar a los reseñados
directivos que la ocasión se presenta que ni pintiparada
para que el conjunto entrenado por Carlos Orúe consiga un
puesto entre los cuatro primeros clasificados. Máxime cuando
la ADC continúa recibiendo dinero cual si fuera patrocinada
por el Banco de Fomento. Un suponer. Pero, al margen de la
situación económica, lo que resulta chocante es la cantidad
de tonterías que se le ocurren al entrenador. Quien, por lo
visto, ha pedido que le cambien los banquillos de sitio. De
modo que a partir de ahora y si no lo remedia alguien con un
mínimo de sentido común, éstos pasarán a la parte opuesta
del sitio donde han estado toda la vida. Lo que viene a
demostrar que el entrenador no se encuentra cómodo oyendo
los comentarios de los aficionados de tribuna. Y además no
valen los desmentidos: puesto que en vista de que han dado
explicaciones no pedidas al respecto, la sentencia es
manifiesta. Uno tiene a veces la creencia de que Orúe está
recomendado por alguien perteneciente al Opus Dei. De no ser
así, créanme que no entiendo las razones que existen para
que maneje a los directivos a su antojo. Menos mal que en
este caso no podemos decir que sea debido a la figura
apolínea que luce el técnico.
MIÉRCOLES. 29
En muchas conversaciones, durante las últimas semanas, ha
salido a relucir el nombre de Pepe Torrado. Porque,
siendo como es más cumplido que un luto alicantino, se le
había echado de menos en todas las fiestas y actos
celebrados en la ciudad. Incluso muchos llegamos a pensar
que podría haberle ocurrido algo. Porque nos parecía más que
rara su ausencia en todos esos saraos. Pero hoy me he
enterado de que Pepe está tan bien de salud como con unas
ganas locas de cachondeo. Las que afortunadamente suele
tener siempre. Noticia que me ha llenado de alegría. Y es
que mis informantes lo vieron disfrutar de lo lindo en esa
celebración que, fechas atrás, hubo en el Hotel Parador La
Muralla. De la que algunos invitados han salido diciendo que
nunca antes, en su vida, habían comido tanto y tan bien como
en esa fiesta. Hay gente pa’tó. Así que espero ver pronto al
presidente de la Autoridad Portuaria a fin de que me ponga
al tanto del motivo por el cual se ha vuelto tan selectivo a
la hora de aceptar invitaciones. Y, sobre todo, a ver si
consigo sonsacarle si él también está convencido de que
logró llenarse la botarga como nunca antes en su vida había
podido hacerlo. Aunque yo no creo que Pepe me diga que dio
fin a cincuenta platos. Aunque fuesen variados. Pues esos
son muchos platos.
JUEVES. 30
Llevaba tiempo sin hablar con Juan Manuel Doncel.
Pero está semana han sido varias las veces que hemos tenido
la oportunidad de hacerlo sin prisas. Y la impresión que me
ha causado ha sido inmejorable. Doncel va adquiriendo enorme
confianza en lo que hace y eso se refleja en su manera de
comportarse y en su modo de afrontar cualquier conversación
relacionada con los problemas que atañen a la ciudad. He
prestado atención a cuanto dice y he sacado conclusiones muy
favorables del consejero de Fomento. Pues se le nota a la
legua que está preparándose para metas mayores. Es prudente,
observador, tiene personalidad, y cuando la ocasión lo
requiere no duda en atajar cualquier tontería con un gesto
seco y cortante o con pocas palabras pero certeras.
Secretario general de un partido ganador, el PP, Doncel es
consciente de que ser consejero de Fomento no es tarea
fácil. Sino todo lo contrario. Ya que ostenta un cargo donde
apenas puede dejar entrever el menor atisbo de debilidad y
mucho menos dejarse llevar por consejos de amistades
peligrosas. En fin, que cuando le digo que le espera un
futuro brillante en su partido, Juan Manuel me mira con la
atención de quien quiere saber a qué me refiero. Pero pronto
le contesto que todavía no es el momento de lanzar las
campanas al vuelo. Ya que, dada su juventud y sus muchas
cualidades, el tiempo juega a su favor.
VIERNES. 31
Antonio y Francisco Rallo salen de la casa de
sus padres que siguen conservando en Ceuta. Me alegra
bastante verles y aprovecho la ocasión para hablar con
ellos. Con el primero mantuve muy buenas relaciones durante
los años ochenta. Porque fue senador a partir de octubre de
1982. Cuando los socialistas ganaron las primeras elecciones
generales de la democracia. Ocho años estuvo Antonio como
parlamentario. Luego, tal vez desengañado de la política
activa, decidió abandonarla en 1989. Persona culta y gran
conversador, Antonio se muestra afectuoso conmigo. Mientras
su hermano Francisco, quien suele venir más veces a Ceuta,
me dice que un avión comercial ha sido bautizado con su
nombre: ‘Comandante Francisco Rallo’. Y promete
dejarme la fotografía de la nave en el Hotel Tryp para que
la podamos lucir en esta sección. Si acaso no llega a
tiempo, haré todo lo posible para que el documento gráfico
salga otro día. En fin, que me lo pasé muy bien pegando la
hebra con Francisco y Antonio Rallo. Puesto que ambos tienen
siempre muchas cosas que contar. Ah, se me olvidaba: el
avión pertenece a IMD Airways.
SÁBADO. 1
Del viceconsejero de Recursos Humanos, Ángel Díez Nieto,
tengo yo muy buen concepto. De hecho, no pocas veces lo he
reflejado en mis escritos. Es culto, sabe estar en su sitio,
es buen contertulio, amén de ameno y simpático. Y, desde
luego, está cumpliendo muy bien sus cometidos políticos.
Aunque alguien me dice que últimamente está dando bandazos.
Que es una forma de acusarlo de no estar muy centrado en sus
cosas. Y, claro, como de Díez Nieto tengo yo la mejor
impresión y encima me cae la mar de bien, lo primero que
hago es rebatir ese comentario. Y es cuando me cuentan que
está cayendo en la trampa de abrirse con personas que no
merecen su confianza. Ni la de él ni la de nadie. Y es
cuando me pongo a cavilar acerca de cómo cuanto pueda decir
el viceconsejero, en momentos donde el alterne estimula la
charla, luego es objeto de tergiversación. Así que hoy,
viendo el espacio de un humorista que se echó en los brazos
del GIL nada más arribar don Jesús a la ciudad,
descubro que Díez Nieto debería pensar detenidamente si le
conviene reunirse con cierta gente. De lo contrario, día
llegará que le busquen las vueltas. Y sería una guasa que un
investigador nato y profesional como él, se vea atrapado por
profesionales de enredos permanentes.
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