Buenas expectativas con respecto al resto de la península,
donde dicen que “se nota bastante la crisis económica”, son
las que traen los feriantes y los caseteros para estas
Fiestas Patronales. Todos ellos coinciden en que las
referencias que han recibido sobre Ceuta son esperanzadoras
y aunque sólo sea para cubrir los gastos, desean que los
ceutíes disfruten de un buen ambiente y no escatimen a la
hora de consumir porque más de uno tienen un deseo que
cumplir o una ilusión por alcanzar. Minutos antes de la
inauguración de la Feria varias casetas ya tenían clientela
y los abrumadores sonidos de las atracciones no cesaron.
Ambiente de fiesta y buenas temperaturas, aroma a sal y
fresca brisa marinera, trajes de faralaes y sombrero
cordobés, fueron los primeros protagonistas tras la
inauguración de las Fiestas Patronales.
Eso sí, minutos antes del encendido del alumbrado los
primeros ceutíes hacían presencia en varias casetas, los más
pequeños disfrutaban de las divertidas atracciones y los más
golosos degustaban las garrapiñadas y almendrados. Todo un
escenario propicio para que feriantes y caseteros
mantuviesen “buenas expectativas” en su primera jornada de
Feria y confesaran que “tenemos referencias de que en Ceuta
no se nota tanto la crisis ya que en el resto de la
península han caído bastante las ventas debido a la crisis
económicas”, explicaron varios propietarios de las
atracciones.
Y aunque casetas y atracciones sean sinónimas de fiesta,
para muchos la Feria ceutí es algo más que una celebración.
“El continuar con una tradición, la alegría de Ceuta, un
aliciente, ya que no tenemos muchos sitios donde ir. Y lo
importante es que la gente salga y disfrute. Además, creo
que en la ciudad no se ha notado tanto la crisis, no como en
Algeciras u otros sitios donde ha sido escandaloso”,
argumentó Juan Cortés, propietario de la caseta El
Encuentro.
Y como más vale prevenir que curar, la política de precios
no ha variado mucho con respecto a la pasada edición. Eso
aseguran feriantes y caseteros, que han decidido no variar
los costes de los productos a ofertar en el recinto ferial.
“Solemos tener beneficios; no muchos porque antiguamente era
más pero algo hay. Lo mío, además, es una caseta familiar
con hijos y sobrinos y lo que hacemos con el dinero es un
almuerzo para todos por lo que los precios, desde hace dos
años, no los hemos variado. Son económicos y no subimos”,
concretó Francisco Javier Sánchez, el patrón de la caseta
Los Naranjos.
Los ánimos, todavía más favorables en la previsión de estos
comerciantes. “El objetivo es crear un buen ambiente tanto
en la comida como luego a la hora de tomar una copita.
Llevamos muchísima calidad tanto por cocineros como por
productos y además llevamos algo muy especial, que son los
mojitos. Además, a la hora de fiesta la gente no se corta y
creo que seguiremos el ritmo del años pasado”, comentó
Javier Amores, responsable de la caseta La Castañuela.
Quizás los que más se preocupasen de la balanza de pérdidas
y ganancias en el ferial fuesen los propietarios de las
atracciones infantiles, algunas para más mayores. “Con los
gastos que tengo, para que la cosa sea rentable debería
ganar unos 6.000 euros y el precio del ticket es de tres
euros. Lo cierto es que en todos los sitios la cosa ha
estado más floja que otros años pero he escuchado que aquí
no se nota tanto la crisis pero no se como se dará porque
voy a probar al ser la primera vez que vengo”, reconoció
Francisco Avilés, de la atracción Volador.
Varios han viajado a la tierra ceutí en numerosas ocasiones
para celebrar junto a la ciudadanía las Fiestas Patronales y
han comprobado que, con el paso del tiempo, las calles y su
gente han cambiado de aspecto. “Llevo años viniendo y la
verdad es que Ceuta está cada vez más bonita y más limpia”,
se sinceró Paqui Cahcón, turronera.
El viaje, el suelo o las condiciones de pernocta, son
hándicap a los que se enfrentan los feriantes; sin embargo,
todos ellos desean que los ceutíes, una vez al año, celebren
sus fiestas y disfruten de un ambiente propicio que no tiene
límites de edad, sexo, religión o condición social.
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