Ante la presencia de informaciones sobre la ya famosa gripe
A que amenaza con asentarse en Ceuta a partir de finales del
mes de septiembre, se hace importante conocer las respuestas
a varias de las preguntas más comunes dadas por expertos de
la Sanidad conocedores del desarrollo y evolución de esta
pandemia que se generalizará en otoño.
Periodo de incubación: Entre uno y cinco días
Desde que el virus H1N1 penetra en el organismo hasta que
aparecen los primeros síntomas de la enfermedad pueden
transcurrir entre uno y cinco días. En el caso de la gripe
común el período de incubación es de veinticuatro a cuarenta
y ocho horas.
Punto crítico de la pandemia: Llegará con el frío
La bajada de las temperaturas y las condiciones
meteorológicas del invierno favorecen la propagación de este
tipo de virus. Lo más probable es que se empiece a extender
desde noviembre hasta febrero, que suele ser también la
época de la gripe común.
Cómo se produce el contagio: Por contacto
El virus H1N1 se transmite de persona a persona cuando
alguien que tiene la enfermedad expulsa gotitas de saliva o
secreciones nasales al toser, hablar o estornudar. Estas se
desplazan por el aire y pueden entrar en contacto, o
introducirse en la boca o la nariz, de personas cercanas.
También se produce el contagio indirecto, más frecuente, por
tocarse los ojos, la nariz o la boca después de haber tocado
las microgotas que han quedado depositadas en manos y otras
superficies.
Los enfermos de gripe A transmiten el virus desde un día
antes de empezar a manifestar los síntomas hasta siete días
después.
Síntomas: Fiebre alta de repente
Son muy similares a la gripe estacional: fiebre de más de
38º que aparece de repente, tos, congestión y secreción
nasal, estornudos, dolores musculares y de garganta ,
escalofríos, fatiga y malestar general. En muchas personas
también han aparecido vómitos y diarrea.
A veces se producen infecciones bacterianas al mismo tiempo
que se desarrolla la enfermedad o después de que esta haya
pasado, lo que puede dar lugar a neumonías, infecciones de
oído o sinusitis.
Si la gripe A se vuelve más agresiva será necesario una
atención médica inmediata. Algunos síntomas nos alertarán de
ello: dificultad para respirar, dolor o presión en el pecho
o abdomen, mareo repentino, confusión, vómitos constantes,
labios de coloración morada o azulosa, signos de
deshidratación, convulsiones y somnolencia.
Ante la primera sospecha: Contactar con los servicios
sanitarios
Ante el primer síntoma, el Ministerio de Sanidad recomienda
contactar por teléfono con los servicios sanitarios de cada
comunidad autónoma. A través de diferentes preguntas evalúan
al paciente y su nivel de riesgo. Algunas regiones han
habilitado teléfonos dedicados sólo a la gripe A. Sólo los
casos graves deben ir al hospital. Hay que evitar colapsar
las urgencias.
Grupos de riesgo: Aún por definir
Los organismos internacionales todavía no han perfilado
cuáles serán los colectivos de riesgo que deberán ser
vacunados de la gripe A. No obstante, los expertos apuntan
ya los grupos más vulnerables: niños menores de cinco años,
mujeres embarazadas y adultos con enfermedades crónicas
(respiratorias, cardiovasculares, inmunodepresión,
diabetes...).
Se considera que la enfermedad puede resultar más agresiva
en mayores de 60 años, aunque no son los que más se
infectan, sí son los pacientes con más peligro de presentar
complicaciones al contraer el virus.
Duración de la enfermedad: Lo peor, durante cuatro días
Lo habitual es que la gripe evolucione favorablemente en dos
o cuatro días a partir de los primeros síntomas, aunque se
puede continuar con tos durante una semana y con la
sensación de cansancio durante varias semanas más.
Medidas preventivas: Lavarse las manos
Si hay un consejo esencial de prevención es lavarse las
manos a menudo con agua y jabón, durante un minuto, y
secárselas con papel desechable que habrá que tirar a la
basura. Esta medida higiénica resulta fundamental siempre,
pero sobre todo después de toser, estornudar, viajar en
transporte público, volver de la calle, tocar objetos...
También sirven unas toallitas que contengan alcohol.
No hay que tocarse la boca, la nariz o los ojos con las
manos. Y tendremos que taparnos boca y nariz al estornudar o
toser con un pañuelo desechable, que luego se tirará a la
basura. Y después lavarnos las manos.
Se recomienda evitar el contacto con enfermos y no
frecuentar lugares multitudinarios. En Estados Unidos,
incluso, se aconseja prepararse para la enfermedad: hacer
acopio de suministros para quedarse en casa una semana
(alimentos, desinfectantes,pañuelos desechables).
El enfermo en casa: Siete días de reposo
Además de extremar las medidas higiénicas anteriores, la
persona que contraiga el virus H1N1 debe aislarse en su
hogar durante una semana y no recibir visitas. Por tanto, no
irá a trabajar ni a clases. Si se ve obligado a salir, por
ejemplo para ir al médico, debe utilizar mascarilla
quirúrgica, al igual que cuando comparta las zonas comunes
de la casa. Tendrá que estar en una habitación separada y
cerrada. Y si es posible usar un baño aparte, que será
desinfectado todos los días.
Hay que mantener desinfectadas las superficies de muebles,
baños, cocinas... y ventilar diariamente las zonas comunes.
La ropa de cama, toallas y utensilios de comida del enfermo
no es preciso que se laven por separado, pero nadie debe
usarlos si no se lavan primero con el detergente o
lavavajillas habitual. Quien se ocupe de la colada, debe
evitar ponerla encima de su cuerpo para no contaminarse. Se
pueden adquirir toallas de papel o asignar una toalla de
tela a cada miembro de la familia.
Los que viven con un enfermo deben preguntar al médico si es
necesario seguir algún tipo de tratamiento. Son convenientes
otras normas: no colocarse frente al afectado ni a menos de
un metro de distancia de él. Utilice mascarilla cuando esté
cerca y cuando salga de casa. Una vez usada hay que tirarla
a la basura y lavarse las manos. Cuando lleve a un bebé
enfermo en sus brazos, la barbilla del niño tiene que mirar
hacia el hombro para evitar que le tosa directamente a la
cara.
Tratamiento: Antivirales
No todos los enfermos de gripe A necesitan antivirales. Por
el contrario, la mayoría no precisa estos fármacos. El
médico deberá decidir en qué casos se administran. En
España, una vez que se haya abastecido el sistema sanitario,
se dispensarán con receta médica en las farmacias. El
Gobierno distribuirá 15,4 millones de tratamientos.
El tratamiento contra la gripe A está dirigido a reducir los
síntomas y la infección. Se utilizan dos principios activos:
oseltamivir (Tamiflu) y zanamivir (Relenza), que se deben
administrar en las primeras 48 horas. Existen otros
medicamentos que sirven para aliviar el malestar general:
analgésicos y antitérmicos como paracetamol e ibuprofeno.
Hay médicos que también prescriben descongestionantes
nasales y antitusivos contra la tos.
Los procesos gripales pueden ir acompañados de infecciones
bacterianas. Por lo tanto, algunas personas necesitarán
tomar además antibióticos. Hay que sospechar cuando la
enfermedad es más grave o prolongada o parece mejorar pero
luego empeora.
Investigadores americanos recomienda no administrar aspirina
(ácido acetilsalicílico) a los niños y adolescentes porque
puede causarles una enfermedad rara pero grave llamada
síndrome de Reye.
Aparte de los fármacos, hay que beber mucho líquido para
evitar la deshidratación (zumos con vitamina C, bebidas
energéticas, agua, caldos) y hacer reposo. Y un principio
fundamental: no tomar medicamentos sin prescripción médica.
Colegios: Seguirán abiertos
Por ahora, los organismos internacionales no recomiendan el
cierre de guarderías, colegios, institutos y universidades.
Unas directrices que sigue nuestro Gobierno.
Empresas: Reducir el impacto
El Ministerio de Sanidad presentará en los próximos días una
guía para que las empresas prevean cómo minimizar el impacto
de la gripe A en su plantilla. No obstante, ya hay informes
con algunas recomendaciones. Las funciones esenciales
siempre quedarán cubiertas, bien formando trabajadores en
tareas que no desempeñan a diario, bien ofreciendo apoyo
familiar a los empleados imprescindibles, por ejemplo, para
cuidar de sus hijos.
Algunos consejos son muy prácticos: nunca puede faltar jabón
en los baños, instalar productos con base de alcohol en
zonas de paso, proporcionar toallitas desinfectantes para
que los empleados puedan adecentar las superficies de sus
elementos de trabajo y que no falten papeleras (con tapa
mejor).
Un comité de crisis seguirá la situación y adoptará
decisiones como mandar a casa de forma preventiva a los
profesionales expuestos al virus o distribuir las mesas de
la oficina a un metro de distancia. Los empleados estarán
informados sobre qué hacer: por ejemplo, no compartir
artículos de oficina. Reuniones y viajes pueden reducirse o
sustituirse con videoconferencias o teletrabajo.
Vacunas: Llegarán en otoño
El Ministerio de Sanidad llevará a cabo dos campañas de
vacunación: una para la gripe común y otra para la gripe A.
No se descarta que algunas personas tengan que vacunarse de
ambos virus.
Aún está por ultimar el calendario (puede ser que se
adelante) y los grupos de riesgo que deberán ser inmunizados
contra la gripe estacional. Pero todo parece indicar que
será como otros años: durante el otoño.
Sin embargo, existen más incógnitas sobre la vacuna de la
nueva gripe. Por un lado, las farmacéuticas creen que estará
disponible en otoño, pero no conocen la fecha exacta. Por
otra parte, los organismos internacionales no han definido
aún a qué colectivos vulnerables deberán ser administradas.
España ha adquirido 37 millones de vacunas para cubrir al
40% de la población. Se deben administrar dos dosis por
persona.
Transporte aéreo: Viajes sin restricciones
Los organismos internacionales no han impuesto ninguna
restricción a los viajes. No obstante, la Asociación
Internacional de Transporte Aéreo (IATA) ha establecido una
guía de actuación a bordo de las aeronaves si se detecta
algún caso de gripe A entre los pasajeros. Desde aislar al
enfermo (y su equipaje de mano) hasta qué hacer una vez que
se llegue al destino.
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