Los propietarios del garaje de Miramar Bajo, subastado con
los pisos de protección de la barriada, reclaman mejoras en
un garaje “que ya se nos entregó tarde y mal terminado”. Las
filtraciones de agua continuas, la rotura de los bajantes y
las abolladuras del piso les han obligado a dirigirse a la
prensa. “Ya no sabemos qué hacer para que nos atiendan y
arreglen los fallos que hay”.
Estuvieron esperando desde 1996 a 2003 a que les entregaran
unos garajes que iban adosados a unas casas de protección
oficial. Cuando los recibieron, la cochera olía a pintura,
pero pronto, lo que tan buen aspecto tenía, fue perdiendo su
máscara. “Nos hicieron los respiraderos de ladrillo, cuando
deberían haberlos hechos de metal, tal y como viene en la
memoria. Ya se están rompiendo y por ahí va a entrar
cualquiera, como pasaba al principio, que bajaba gente a
drogarse”, explica una de las afectadas.
Hay al menos dos tuberías, dos bajantes, que tienen los
codos rotos. El agua de la lluvia y de la limpieza cae a
borbotones por ahí. “En invierno, con las lluvias, había que
llegar al coche en patera”, comenta el presidente de la
comunidad. De una de las paredes mana una bolsa de agua que
encharca el suelo. Allí existen abolladuras y el piso “se
está pudriendo”, según los vecinos. Se trata de agua limpia,
potable, pero se desconoce su procedencia. Presienten que
puede provenir del aljibe y por ello reclaman la presencia
de Acemsa.
Aparte, la limpieza del suelo empeora la situación, ya que
se levanta polvo, “el material no es el más adecuado”. “Hay
gente que ya está dejando de pagar las cuotas mensuales (10
euros), porque considera que el servicio no es el adecuado”,
añade una de las propietarias.
Este garaje tiene dos salidas. Los propietarios solicitarán
que se coloquen bolardos en la que da al patio, ya que
algunos vehículos cogen este pasillo como atajo, para evitar
el stop de la Almadraba.
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