Trescientos años han debido pasar,
para que un representante del Gobierno español, vaya de
visita oficial a la Roca. En este caso la visita oficial, la
ha realizado nuestro ministro de Asuntos Exteriores,
Moratinos.
Y como no podía ser de otra forma ha recibido críticas por
esa visita oficial que ha realizado al Peñón. Una visita que
a juicio de una parte de la clase política, nunca se debió
de realizar, y mucho menos, por un miembro del Gobierno
español. Otros, por supuesto, los pertenecientes a su
partido, lo ven como un acierto entablar con esa visita un
diálogo que nos pueda llevar a alguna parte.
Los que piensan que con diálogo se puede llegar a alguna
parte, que nos lleve al reconocimiento de que ese trozo de
tierra es española se equivocan porque será, sin lugar a
dudas, un diálogo de sordo, puestos que ni Inglaterra ni los
llanitos, querrán escuchar que el Peñón es un trozo de
tierra española. Y ya se sabe que no hay más sordo que el
que no quiere oír. Y en el asunto de la españolidad del
Peñón, Inglaterra y los llanitos, son sordos de solemnidad.
Basta con recordar que cuando, Felipe González, presidente
del Gobierno español. Decidió la apertura de la “Verja” por
cuestiones humanitarias, la reacción del los llanitos fue de
una inmensa alegría, pero al mismo tiempo gritaban que ellos
no eran españoles, que eran gibraltareños, a pesar de que
sus apellidos fuesen García, Pérez o Sánchez. Todos esos
apellidos, como fácilmente se puede suponer, ingleses por
los cuatro costados. ¿Habrá un apellido más inglés qué
García?.
De aquella apertura de la “Verja”, que sólo favoreció a los
llanitos, Ceuta salió mal parada, pues el turismo que venia
por aquel entonces a nuestra tierra, atraído por los precios
ofrecidos en artículos de bazar, se desvió hacía la Roca,
donde era más fácil volver a cas le mismo día y realizar, a
su vez, las mismas compras que se hacían en Ceuta, y en
ocasiones incluso a más bajo precio.
La apertura de la “Verja”, fue un palo para el comercio
ceutí. Un comercio que no era sólo el de los bazares, sino
que formaba una cadena de la que participaban obteniendo
ganancias, restaurantes, cafeterías, bares, panaderías,
taxis y todo lo que giraba alrededor de aquel comercio que
traía a Ceuta, miles de turistas nacionales, llegados desde
los más recónditos pueblos de España, a realizar sus
compras.
Aquel boom, que tanta riqueza había reportado a nuestra
tierra se acabó, con la apertura de la “Verja” donde,
incuestionablemente, los únicos que fueron favorecidos
fueron los llanitos que no quieren ser españoles, en
detrimentos de aquellos ceutíes que nos sentimos orgullosos
de serlo.
Y no es que, esa apertura de la “Verja” fuese un capricho
del Gobierno español, a cuyo frente estaba, Felipe González,
un auténtico hombre de Estado, sino que debido a las
circunstancias había que realizarla por nuestra entrada en
Europa.
La visita de nuestro ministro de Asuntos Exteriores, no va a
aportar nada nuevo a estas relaciones, entre España y los
gibraltareños. Las cosas seguirán igual que siempre.
|