La pista de La Lastra fue ayer escenario de un espectacular
ejercicio táctico del Regimiento de Caballería Acorazado
Montesa nº3, encuadrado dentro del Plan de Instrucción y
Adiestramiento de la Comandancia General. En el
entrenamiento, con el que se busca preparar al escuadrón de
carros para reaccionar ante una de las acciones de guerra a
la que con más frecuencia se enfrenta hoy en día el ejército
en misiones como las de Irak o Afganistán, una emboscada en
terreno urbanizado, participó una sección de Leopard,
formada por cinco de estos blindados, que se consideran si
no los mejores, entre los más avanzados del mundo.
El escuadrón de carros del Regimiento de Caballería
Acorazado Montesa Nº3 convirtió ayer la pista de la Lastra
en un figurado escenario de combate en zona urbana, que tal
como destacaban sus mandos, es el tipo de acción más
frecuente a la que se enfrenta hoy en día el ejército. Zonas
de conflicto como Afganistán o Irak, entre las que citaban
los militares, ponen a prueba la preparación de los soldados
en emboscadas realizadas desde las azoteas de viviendas u
otros edificios. Responder con la fuerza justa al ataque y
abandonar cuanto antes la “zona de castigo” son las tácticas
que pusieron en práctica ayer en este ejercicio táctico.
Los impresionantes carros de combate Leopard, una de cuyas
secciones participó en la práctica desarrollada en García
Aldave, fueron apareciendo uno tras otro, envueltos en una
nube de polvo, para situarse frente al punto exacto del
supuesto ataque con fuego. Dos de los carristas (el Leopard
cuenta con una dotación de cuatro tripulantes) respondían al
‘fuego enemigo’ con sus armas individuales, una pistola de
9mm y un fusil de asalto HK, disparando en este caso a una
fila de dianas. Tras pasar revista a las armas (algo que,
tal como advertían los jefes del Regimiento, sólo se
realiza, por seguridad, en los ejercicios tácticos), los
tanques salían de la zona de peligro.
Tal como resumía el jefe del escuadrón de carros, el
teniente Nuñez, la unidad simulaba su paso por “una zona
urbanizada hostil”. “Partimos de la zona controlada,
reaccionamos a la amenaza y tomamos posiciones una vez
superada la zona de la amenaza”. Como el ataque se produce
“demasiado cerca del carro”, se utilizan para responder las
armas individuales.
El tiro, es de hecho, “fundamental en el adiestramiento de
estas unidades”, señalaban los representantes de la
Comandancia General (COMGE).
Según indicaba asimismo el jefe del escuadrón, el
entrenamiento responde al plan de actuación y adiestramiento
de la COMGE 2009-2010.
Aunque las nuevas tecnologías aplicadas a la instrucción
militar, como los simuladores, sirven para realizar
ejercicios de conducción que, tal como reconocen los mandos
de Caballería, resultan muy útiles, ninguno de ellos puede
sustituir a los ejercicios tácticos tradicionales. Pistas
sinuosas y accidentadas como las de la Lastra sirven a
diario al objetivo de preparar a los soldados españoles, en
este caso, tripulantes de carros de combate, para las
contingencias de su trabajo.
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