Parece ser que el calor ha hecho que las neuronas de alguna
que otra mente del partido popular comiencen a evaporarse, y
de tal modo, a expresar lo que lleva/n oculto en lo más
profundo de ella.
Hoy me veo en la obligación moral y personal de contestar al
ataque vulgar y soez que contra mi persona intenta llevar a
cabo el Partido Popular a través del comunicado de prensa
publicado ayer.
Lejos de preocuparse por asuntos más trascendentales, parece
ser que hay gente (me veo en la obligación de generalizar
porque quien haya escrito el comunicado se escuda y esconde
tras las siglas de un partido político muy lejos de dar la
cara tal y como hace esta servidora) cuya principal
preocupación es intentar coartar la libertad de expresión de
los demás. Obviamente jamás consentiré semejante barbaridad,
entre otras cosas porque no creo que nunca haya caído en la
vulgaridad de atacar a ninguna persona; simplemente me
limito a expresar lo que opino públicamente, opinión que
comparten en ocasiones hasta los de su propio partido.
Opinión amparada en la Constitución aunque supongo que el
redactor del comunicado prefería las formas de gobierno
dictatoriales previas a la democracia, ya que denota lo
muchísimo que le molesta leer opiniones discrepantes a las
suyas. Denota asimismo, una falta total y absoluta de lo que
es el funcionamiento democrático de las instituciones y de
lo que es el respeto a los demás, aunque piensen de manera
distinta a nosotros. Quiero dejar esto muy claro puesto que
el lumbreras cobarde que ha redactado el comunicado del
partido popular publicado ayer, no escatima en faltas de
respeto hacia mi, no ya como diputada, sino como persona.
Ya en sus primeras líneas denota cierto aire misógino
(¿tiene algo contra mi por ser mujer, o por ser mujer
musulmana, o tal vez por ser mujer, musulmana y orgullosa
representante de la Asamblea de mi Ciudad?) ya que no vienen
a cuento sus referencias a mi semblante ni a mi juventud,
los cuales no afectan en ningún modo a mi quehacer político
diario, y por cierto, ni mi pañuelo tampoco.
A continuación habla de un “potpurrí –querrá decir popurrí-
de insultos, vejaciones…”, con respecto a lo cual debo
decirle que sencillamente, ese no es mi estilo, y que
considero que es lo más bajo en lo que una persona puede
caer ya que sólo demuestra falta de argumentos para rebatir,
cosa que yo no he hecho ni haré en ningún momento y
usted/ustedes, sr/sra/sres o sras encargados de la redacción
del vergonzoso y bochornoso comunicado que hacen en nombre
de un partido político, en nombre del partido popular, para
insultarme vilmente, sí que han hecho. También habla de
insultos gratuitos, insultos que jamás han sido escritos por
estas manos, ni dichos por esta boca.
Supongo que esto me pasa, como dicen mis allegados, por
meterme en política, pero no me arrepiento de ello, no suelo
arrepentirme de mis decisiones, y estoy muy orgullosa y
satisfecha de ser miembro del primer partido de la oposición
de Ceuta, UDCE.
Por otro lado, habla de que alguien me aconseje en la
redacción de mis “pequeños artículos”, ¿por qué? ¿No me cree
lo suficientemente capacitada para redactar y plasmar sobre
papel lo que pienso? Supongo que en el estereotipo de mujer
que debe pulular en su mente no le cuadra; veo que usted
debe ser de los que no se han aprendido la lección acerca
del crisol de culturas.
Sin embargo el comunicado de prensa del partido popular de
Ceuta se permite llamarme necia, animal adiestrado, imbécil
que ha llegado, sinvergüenza redomado….no sé si me dejo
alguna lindeza más (esto sí que lo son), por el mero hecho
de tener un punto de vista diferente y refrendado por miles
de personas. ¿En qué mundo se cree que vive? ¿o es que tan
mal-acostumbrado está a que no le discutan ni a escuchar
opiniones discrepantes?
Habla además de un mullido escaño, ¿ese es el concepto que
tiene usted desde el Partido Popular de lo que representa un
escaño? ¿cree que están para acomodarse en ellos? Pues le
diré que para mi, al igual que para mis compañeros no, que
lejos de mullido, es un escaño lleno de responsabilidades,
exactamente tantas como ceutíes hay, pero en fin si usted lo
ve como algo mullido es cuestión que a mi no me afecta,
aunque dice mucho de su idea acerca de los mismos.
Me llama pequeña escritora (aquí también desprende un
tufillo misógino), pero creo que soy lo suficientemente
grande como para hacerle ver la realidad que no quieren ver
usted y los que piensan del mismo modo. Además, obviamente,
no soy escritora, simplemente, expreso mi opinión, que podrá
ser compartida o criticada, pero que siempre será mía, y que
me llame usted lo que me llame, no me va a rebatir por el
simple hecho de intentar faltarme al respeto, intento
fallido, porque ofende quien puede, no quien quiere.
Y finalmente, si mi culpa es defender con nuestros limitados
y escasos recursos nuestra forma de pensar, basada en el
convencimiento de que es posible una Ceuta mejor para todos,
sin faltarle JAMÁS a nadie al respeto, pues puede que sí sea
culpable.
Finalmente, le diré que también soy culpable de formar parte
de una nueva generación de mujeres que usted ni se imaginaba
que llegaría a conocer; mujeres luchadoras, que damos la
cara y estamos dispuestas a sacrificarnos por el bienestar
de los demás antes de por el nuestro, por muchísimo que le
pese, y como diría Virginia Wolf, “no hay barrera, cerradura
ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente”
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