Estamos como quien dice a poco más
de cuarenta y ocho horas de que se inicien nuestras fiestas
patronales, en honor de la Virgen de África que, además de
patrona es alcaldesa perpetua de esta tierra nuestra.
Como cada año van a ser miles los ceutíes, residentes fuera
de nuestra tierra, los que vuelvan para estar presentes en
estas fiestas patronales. Y, de nuevo, volveremos a
encontrarnos y saludar a personas que volveremos a ver y
disfrutar de su compañía un año después. Y ojala que sean
muchos los años que podamos darle un abrazo a esos amigos
residentes allende de nuestras fronteras.
Deseamos que se vuelvan a vivir unas fiestas patronales
llena de alegría y diversión sin que nada, ni nadie, puedan
perturbar el ambiente de fiestas que durante esos nueve días
vivirá nuestra tierra.
Hacemos voto, porque todo transcurra con alegría y
diversión, Y el que no acepte esas condiciones, que se quede
en su casa y deje a los demás divertirse, sin tener otra
preocupación que no sea la diversión.
Como nosotros vivimos en Marina Española, que ya saben
ustedes está clasificada en categoría A pues como cada año,
por las fiestas patronales, nos han colocado unas luces para
que veamos con claridad el detalle que se tiene con los que
somos categoría A, que no es cualquier cosas, pues para eso
somos los que más pagamos por los impuestos municipales.
Lógicamente, todo hay que decirlo, en ese lugar Marina
Española, es donde vivimos los más ricos de esta tierra.
Para que se hagan una idea, de cómo tenemos “taco” todos los
que vivimos por aquellos lares les diré que, cada día, el
menda sale por seis mil euros. De momento no los he
encontrado pero, ni les cuento, lo que voy a disfrutar el
día que los encuentre. Porque salir, lo que se dice salir,
les puedo jurar por todo lo jurable que, cada día, salgo a
ver si me los encuentro.
Bueno volvamos al asunto de las fiestas patronales que, todo
hay que decirlo, con el paso del tiempo han cambiado lo
suyo. La feria de hoy día se viene desarrollando como un
lugar a donde se va a comer, tomarse par de copas y punto
final al asunto pues la mayoría de las casetas, pomposamente
llamadas “sevillanas”, carecen de ese tablao donde se puede
uno pegar par de sevillanas y tres rumbitas, de aquí te
quiero ver. Han dejados de ser aquellas casetas familiares,
para dar paso a casetas convertidas en pequeños
restaurantes, donde sentarse con la familia a saborear algún
que otro plato.
Que conste, en acta, que aún existen ese tipo de casetas, a
las que no referíamos antes, donde se mantienen esos
pequeños tablaos para darle alegría a tu cuerpo, tomarse par
de copas y charlar con los amigos, sin que los decibelios te
dejen ronco para los nueve días.
En fin, que estamos a las puertas del inicio de nuestras
fiestas patronales y lo que más deseamos es que, de una
forma u otra, el personal se divierta a tope, sin que nadie
venga a perturbar esa diversión que incluso es necesaria
para evadirnos de los problemas.
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