Sin duda ese vacío que se revela en el apático semblante de
nuestra joven diputada, mera asistente de los plenos, es la
verdadera causa del tedio que sufre y que incitada a desear
mínimas excitaciones exteriores, busca colmarlas mediante
los pequeños artículos que publica todos los lunes en la
prensa escrita. Siempre, estos mínimos escritos, han
mostrado tan solo una cierta lógica de oposición y cortesía.
Ya que hasta este lunes, todos ellos estaban dentro de lo
correcto y de las buenas maneras. Nada que objetar. Nunca
podrían haber sido tachados de soeces e insultantes. No se
descubría en ellos ningún dolo malo, ya que nunca simulaba
hacer una cosa, mientras hacia otra distinta.
Sin embargo, con el último publicado este pasado lunes, bajo
el titulo de “Mea Culpa”, ha cambiado totalmente el estilo,
y haciendo un pequeño potpurrí de insultos, vejaciones y
otras lindezas, sin lógica ni razón, se ha acercado
peligrosamente a ese nivel del dolo malo. Ni una sola idea,
ni un solo pensamiento nacen de su lectura, tan solo
difamación. Es como si, de golpe, una inmensa sentina de
estulticia saltase por encima de sus escritos. Sorprendente,
porque: ¿Además, sus oídos serian capaces de escuchar el
infierno que podría suponer el ser objeto de la difamación
sin razón, como ella ha pretendido hacer con su escrito?
Creemos que no.
Tampoco, queremos creer que sus líneas sean el reflejo de
sus pensamientos, el eco de sus convicciones. Ni queremos
creer, que haya llegado a la conclusión de que tiene más
éxito el arte de difamar que el de contar la cosas con
lógica y verdad. Porque, el insulto gratuito nunca es útil,
ya que este es enemigo inconciliable con las personas; por
ello es mucho mejor, en los escritos, procurar no ofender a
nadie, máxime cuando desde su posición de diputada, se
quiere ayudar a otros.
Puede que alguien la aconseje en este sentido, no lo
sabemos, pero son muchas las cosas que están cambiando
últimamente en el grupo de la UDCE. El gusano no ve nunca al
pájaro en el aire, y eso suele ser fatal para él. Por eso,
nunca han gustado las personas astutas, ya que una mala
vecindad suele cancerar los mejores pensamientos, y solo
existe una formula contra la astucia: la razón y la
inteligencia. Esperemos que la UDCE recupere estas armas.
Porque, por encima de todo, hay una actitud que siempre
denigra y esta es la del mal consejo. Por eso, es bueno
recordar que los buenos consejos del reino de Satanás son
siempre fatales; que esa creencia atrasada de que en la
calumnia algo queda, tan solo es una regresión a la
estupidez humana. Porque quien la practica, terminan
pareciéndose a esos animales adiestrados que tan solo
comprenden el”cógelo”, pero nunca entiende el”déjalo”. En
conclusión, que el calumniador es simplemente un imbécil que
ha llegado y…, eso es todo: Nada más.
Otra opción podría ser la necedad, si esto fuese así, seria
tremendo para nuestra pequeña escritora, ya que como dijo
Séneca con razón:” Toda necedad sufre el fastidio de sí
misma”, lo cual seria aún más terrible que el tedio que
pueda sufrir; porque, la pasión por la necedad es lo más
horrible y vergonzoso que pueda imaginarse. Tampoco creemos
que sea el caso.
Además, nadie llega de pronto a ser un sinvergüenza
redomado, porque para ello se requiere de una gran práctica,
ya que a las olas de los insultos, se deben seguir siempre
otras olas de insultos. Esperemos, que por el momento no sea
el caso y ella siga disfrutando; descansando en su mullido
escaño. Y si llegase el caso, madurar coherentemente sus
pensamientos, hasta que la hagan derramar brillantes
estrellas y centellas, nunca necios insultos como en su “Mea
Culpa”. Pero hasta entonces, la culpa sí que es tuya Fátima
Hamed Hossain.
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