Salió “quemado” tras 13 años al frente de una Asociación de
Vecinos de una barriada que bien podría ser un pueblo. Pero
estaba comenzando a recuperar su tono, apartado de los focos
y recobrando el anonimato que perdió. Era una especie de
alcalde contestatario. Nunca evadió manifestar su
significación política, pero eso no evitaba que reclamara
mejoras para la barriada de manera periódica. Con él en la
presidencia comenzó el gigantesco plan de urbanización del
Príncipe y lo agradeció a la Ciudad Autónoma públicamente.
El 9 de mayo se celebraron las elecciones a la presidencia
vecinal y la opinión de su pueblo acabó con su carrera
‘político-vecinal’. Querían un nuevo aire, desde el PP no
las tenían todas consigo para que continuara Laarbi y no
veían con malos ojos una sucesión a tiempo. Todo confluyó y
Laarbi dejó la presidencia. En sus años de presidente no se
le conocen trapicheos de dinero, por lo menos, públicamente.
La figura de Laarbi está ahora mismo en entredicho y cuando
regrese de Marruecos deberá explicar qué destino ha tenido
ese dinero. Y está tardando más de lo normal en decirlo, si
no, ¿por qué motivo sus sucesores iban a filtrar a la prensa
la desaparición de más de 2.400 euros? El grupo de Laarbi y
el de Kamil no simpatizan demasiado, pero de ahí a denunciar
extractos bancarios sin justificar va un trecho y,
sinceramente, no da la sensación de que estos nuevos chicos
jueguen sucio.
Ha pasado tiempo y la Asociación de Vecinos no ha tenido
respuesta de las cuentas bancarias del Príncipe. De
cualquier modo, mientras no se demuestre lo contrario todo
hijo de vecino es inocente y no habría nadie en su barriada
que se atreviera a poner la mano en el fuego acusando a
Laarbi de robar. Desde la Federación de Vecinos confían en
la honradez del ceutí y han mostrado sorpresa ante esta
noticia. To be continued.
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