Los vecinos de Juan XXIII no dan crédito cuando regresas a
sus casas del trabajo: los mismos coches aparcados en los
mismos sitios y sin un hueco para los vecinos. La culpa la
tienen, según denunciaron desde la Asociación de Vecinos,
los foráneos, que aparcan allí para ir a Marruecos y las
personas que abandonan sus coches.
No es un problema exclusivo de Juan XXIII. El presidente de
la Asociación de Vecinos de Miramar Bajo, José Luis Gómez,
ha denunciado en las dos reuniones que ha mantenido hasta el
momento con Juan Vivas, que existen entre seis y siete
coches abandonados en la barriada y que solicita la
actuación de la Policía Local y el servicio de grúa para que
los retiren. Sin embargo, ha encontrado el silencio por
respuesta y los coches continúan allí inamovibles. Hace
pocas semanas, los vecinos anunciaron al propio Gómez que la
Local había vuelto a multar a los coches aparcados sobre la
acera, a pesar de que existió un compromiso público por
parte de la Consejería de Gobernación de que se levantaría
la mano habida cuenta de la escasez de bolsas de
estacionamiento.
Desde Juan XXIII, el presidente de su Asociación de Vecinos,
Salvador Godino, ha denunciado mediante escrito con entrada
a registro, que se retiren los vehículos abandonados en los
aparcamientos. “Los aparcamientos están para que los
utilicen los vecinos. Aquí no tenemos garajes y la gente
tiene que dejar sus coches por la noche”. A pesar de esta
queja, Godino también recordó que en la parte baja de la
barriada, la que da a la carreteraa de Martínez Catena, hay
huecos para aparcar, pero entiende que coge un poco más
lejos a los vecinos. Algunos de estos vehículos tienen
matrícula foránea y están cubiertos por una fina capa de
polvo que denota su abandono. “Los dejan aquí durante largas
temporadas. La gente pasa a Marruecos, luego los recoge, se
van y vuelve a venir otra furgoneta que aparca, se va y
vuelve a recogerla”, denuncia el tesorero de la junta
directiva.
A continuación, éste protesta ante la falta de actuación de
la Policía. “Hemos llamado a la Local, pero nos contestan
que, o bien no hay grúa, o bien que toman nota y... hasta la
fecha no han hecho nada”, dice el tesorero. “Los vecinos
vuelven por la noche o a la hora de comer y se encuentran
sin sitio. Aquí hay dos o tres coches por familia y a veces
se queda pequeño el aparcamiento”. Si esto fuera poco,
advierten de que la Policía también ha multado aquí a los
coches estacionados sobre la acera o en zona amarilla. Hace
un año, la barriada Juan XXIII fue reformada y cambió
íntegramente su fisonomía.
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