Me estoy refiriendo a La
Esmeralda, no podía ser de otra forma, cuando acaba de ser
remodelada, exteriormente en todo lo que se ve, pero donde
la calidad es la misma, tanto en su modelo clásico anterior,
como ahora recién remozada.
En los 70 años, desde que se inauguró, La Esmeralda ha sido
y va a seguir siendo, uno de los estandartes principales de
la joyería de Ceuta, además de punto de referencia en lo que
es una joyería de verdad, cuando se habla de ella desde
fuera.
Esta joyería, hace 70 años, fue creada por un gran hombre,
un verdadero señor a lo largo de toda su vida, Don Epifanio
Hernández. Y curiosamente, en el momento de la inauguración
era empleado de La Esmeralda, Antonio Benítez, el auténtico
patriarca de la familia Benítez, que con más de 80 años, no
hay un solo día que no pase por esta y por las demás
joyerías que tiene la familia.
Me dicen, yo hablo mucho con sus hijos, de los que soy amigo
desde mi primera estancia en Ceuta, a principios de los años
80, que Antonio Benítez era reticente al cambio, a pesar de
que el establecimiento llevaba tantos años desde su
inauguración.
Por fin, le convencieron y, aunque el cambio es lo que se ve
a simple vista, no en lo que es la calidad y la seriedad, se
ha producido ese cambio que presenta ahora la imagen de un
establecimiento moderno, de auténtico lujo, a tono con las
aspiraciones de Ceuta en el aspecto comercial.
La familia Benítez sabía hacia donde iba y con la conclusión
de este remozamiento, La esmeralda sigue siendo ese punto
conocido y apreciado por toda Ceuta y por muchos visitantes
llegados desde la Península o desde el otro lado de la
frontera con Marruecos.
Así pues, a pesar de que Antonio Benítez, con sus largos 80
años quería mantener viva esa imagen de La Esmeralda, que él
vivió siempre, sus hijos lograron convencerle, para que el
establecimiento esté en auténtica línea de lo que es el
siglo XXI, bien entrado ya.
Y hay una serie de notas que han caracterizado y han
adornado siempre la joyería La Esmeralda:
La calidad, con primerísimas marcas siempre en todos los
productos que trabajan.
La situación, en el corazón de Ceuta, en el centro de
siempre de la Ciudad.
La seriedad y la atención expresadas hacia el cliente, desde
los antiguos dueños y, de la mismas forma, con la familia
Benítez, en una época en la que la competencia es cada día
mayor.
Todo esto ha hecho que los que en su día fueron clientes de
Don Epifanio, lo siguieran siendo de Antonio Benítez y lo
sigan siendo ahora mismo, de sus hijos.
Hace casi dos años, a finales de 2007, yo entrevistaba a
Antonio Benítez para nuestro periódico, El Pueblo de Ceuta,
en una de las ediciones dominicales, debo reconocer que me
sorprendió el talante de este hombre que con 80 años
cumplidos me decía que no había un solo día que no fuera a
visitar todas y cada una de sus joyerías, y que si no estaba
de acuerdo, en algo, con sus hijos, me decía,”a veces riño
con ellos”
Era la clara manifestación de un profesional de los pies a
la cabeza, de un hombre que supo hacerse a sí mismo y que,
en vez de trasladar sus establecimientos al otro lado del
estrecho, los ha dejado aquí en Ceuta, y eso que él no ha
nacido en Ceuta, pero se siente ceutí.
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