Ayer se cumplieron 27 años desde el fallecimiento del
soldado Güeto, militar de la Ulog-23 que falleció en acto de
servicio en 1982 extinguió uno de los incendios más
dramáticos que ha vivido la ciudad autónoma en los últimos
años. Y, casualmente, el militar que lo trasladó desde Ceuta
hasta Valencia para que la familia pudiera darle sepultura
se encontraba ayer en su ciudad natal, en la que vivió los
primeros 20 años de su vida y de la que se marchó para
cumplir con su tarea como piloto de helicóptero dentro del
Ejército. Ahora, Francisco tiene 57 años y trabaja desde
hace una década para el Infoca en la extinción de incendios.
También fue empleado de la línea aérea que une Ceuta con
Málaga.
Pregunta.- ¿Qué edad tenía cuando trasladó al soldado
Güeto?
Respuesta.- Ahora tengo 57... pues 30 tenía entonces,
llevaba seis años pilotando y ya era comandante en vuelo al
frente del aparato.
P.- ¿Y qué recuerda de entonces?
R.- Precisamente el otro día estaba leyendo el periódico y
le dije a mi hermano, ¡hombre, Güeto!, a este chaval lo
llevé yo. Recuerdo perfectamente ese viaje y llevo ya más de
30 años volando. Recuerdo hasta mi compañero, Antonio
Serrano, y recuerdo el viaje con una perfección asombrosa.
Se me quedó grabada la seriedad de los padres. Era una
situación fría. Salimos de Ceuta, repostamos en Sevilla,
paramos en Granada, paramos en Albacete y el último trayecto
fue al eropuerto de Valencia, Manises, donde estaba
esperando un vehículo fúnebre para llevarse al soldado hasta
su pueblo, creo que era de Onteniente. Cuando he leído ahora
que murió con 27 años no me lo podía creer. Vivo actualmente
en Sevilla y mira que he vivido aquí muchos años, pero la
peor noche de calor en mi vida la pasé en Ceuta, cuando nos
llevaron a la residencia del hotel para trasladar a Güeto un
día después. Lo recuerdo infernal. Fue una experiencia
inolvidable, pero muy fría, creo que los padres no daban
crédito a lo que les había pasado.
P.- ¿Y participó en la extinción de aquel famoso incendio de
1982?
R.- A Ceuta los helicópteros no vamos a extinguir el fuego.
Solamente vienen los aviones militares, nosotros solamente
actuamos en Andalucía. Los helicópteros suelen estar
colocados estratégicamente en los parques naturales. Solo
fui allí a recoger el cadáver y trasladarlo a Valencia.
Alguien me comentaba estos días que a uno de los chavales
hubo que amputarle una pierna y creo recordar que también lo
evacué yo. Lo recuerdo más vagamente. Es que he hecho muchas
evacuaciones, incluso gente que se ha quedado impedida
tirándose al agua y que los he tenido que llevar al hospital
de minusválidos en Toledo. A mí me encantaba venir a mi
tierra para hacer alguna evacuación.
P.- ¿Y no podían haberlo rescatado en helicóptero y
trasladarlo?
R.- Cuando hay un accidente de este tipo, muy rara vez tiene
que meterse un helicóptero a rescatar a alguien. Los medios
terrestres son los que mejor sacan a la persona.
P.- ¿Pero no hubiera sido mejor haberlo trasladado
rápidamente?
R.- Los medios terrestres son los que los examinan sobre el
terreno y luego intervienen médicamente y deciden si
evacuarlo. Yo creo recordar que a alguno sí que trasladamos,
pero lo recuerdo vagamente, sobre todo al que amputaron la
pierna también en ese incendio, que lo llevamos a Sevilla al
Virgen del Rocío. Recuerdo una vez, interviniendo en un
campo de maniobras en Córdoba, tuvimos que evacuar a un
chico que había sufrido un accidente y la gente solo supo
que se había ido el helicóptero por el sonido. Imagínate la
niebla que hacía allí.
P.- ¿Y por qué se marchó del Ejército?
R.- Me fui a la reserva anticipada, como comandante, por
motivos de destino, un pequeño chasco que me llevé por
cuestión de vacantes.
P.- ¿Y se dedicaba a evacuar?
R.- Sí, desde la unidad de Sevilla hacíamos evacuaciones en
Ceuta, en Sevilla y Melilla. Conservo una carta del
comandante general de Melilla, de un rescate que hicimos a
una hija de un militar, que la llevamos a Madrid y el padre
le escribió al general una carta emotiva que él nos entregó
luego.
P.- ¿Ahora está en el Infoca?
R.- Sí, y cuando salí del Ejército mi primer trabajo fue en
la línea de Ceuta-Málaga.
P.- ¿Dónde se viven experiencias más trágicas, en el
Ejército o en el Infoca?
R.- Si hablamos de helicóptero, en el Ejército he hecho
misiones más desagradables. He tenido que llevar enfermos
bastante mal, gente accidentada en maniobra. En el Infoca
hay mucha riesgo, pero evacuaciones, no, porque se limitan
mucho, porque las evacuaciones urgentes las hace el 061,
principalmente para no interrumpirnos a nosotros, que
tenemos que apagar los fuegos.
P.- ¿Qué opina de los incendios de este año?
R.- Eso es diferente cada año. 2008 fue un año tranquilo y
éste pensábamos que iba a ser más tranquilo aún. Hay de
todo: negligencia, fuegos intencionados, rencillas entre los
ganaderos y los ecologistas, cazadores... ‘Como no me dejas
que yo cace pues quemo tu finca’. Yo he volado en Sevilla y
la finca de Mario Conde, en el momento que no deja cazar, le
meten fuego por un lado o por otro.
P.- ¿Y ahora qué hace en Ceuta?
R.- Vine aquí el martes, después de descansar y tengo 10
días seguidos.
P.- Y antes de ese descanso, ¿qué actuaciones ha tenido?
R.- Hemos estado en incendios pequeños. Estoy prácticamente
para la provincia de Sevilla y solo me sacan en casos
extremos. He estado volando hace poco en la carretera de
Sevilla-Mérida, tres veces seguidas. Se han quedado en
conatos, pero creemos que han sido provocados. Porque en
sitios equidistantes del pueblo y cuando suceden con tanta
frecuencia en un mismo sitio... Lo bueno que tiene un
helicóptero es que podemos estar en el lugar en 10 minutos a
cualquier punto de la provincia de Sevilla, con un retén a
bordo.
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