La playa de L’Estartit bulle como
nunca. L’Estartit es una entidad de población costera del
municipio de Torroella de Montgrí (Gironés) donde iba con
frecuencia para bucear en las cercanas Islas Medas, a poco
más de mil metros de distancia, verdadero paraíso
subacuático donde en otros tiempos practicaba el
submarinismo que hoy en día lo tengo vetado porque la salud
se resiente sobremanera.
Desde un lugar de este sitio se divisa el montículo que me
recuerda con frecuencia el que vemos desde Ceuta al otro
lado del “charco”.
No es que tenga la misma forma que el peñón de Gibraltar
pero en algo se le parece.
Tratando sobre la Roca, mucho ruido ha sonado estos días
provinente de las filas peperas.
Una actitud que recuerda épocas franquistas, sí, aquellas de
las exclamaciones de “¡¡Gibraltar Español!!
Después de más de trescientos años en que ni un solo
político español en activo visitara el peñón, resulta que
ahora lo hace el ministro de Exteriores, Migue Ángel
Moratinos, y con intenciones bastante claras.
¿Intenciones claras?, pues sí señores. Porque Moratinos hizo
saber, en su momento, de su viaje a los portavoces de los
grupos parlamentarios y entonces nadie dijo ni pío.
Pero cuando ya está en vuelo… los peperos no tardan nada en
desgañitarse gritando memeces. Con lo que solamente muestran
su doble rasero.
La postura del PP acerca de que el ministro de Exteriores
sienta un precedente muy peligroso al tratar a la Colombia
como país soberano, ha quedado totalmente desbaratada con la
reivindicación pública que ha realizado Moratinos en el Foro
Trilateral de Diálogo.
Lo que no pudieron conseguir los políticos, durante estos
trescientos años, tal vez lo consigan los socialistas. Pero
no lancemos pronto las campanas al vuelo. Hay demasiados
matices que se deben estudiar detenidamente en el contexto
del nuevo orden del siglo XXI.
Se comprende que cuando comenzaron el Foro, en 2004,
acordaron formalmente no tratar la soberanía española sobre
la Roca en las reuniones que mantuvieran. Por ello, en esta
reunión son se trató la misma, pese a la reivindicación
pública.
Hay que comprender el nuevo enfoque de cooperación que se
emprende por cuanto son asuntos que beneficien a los
ciudadanos, tanto de la Roca como del Campo de Gibraltar.
Demos tiempo al tiempo.
Lo bueno de esa reunión está en que se resolverán múltiples
problemas derivados de las divergencias mantenidas hasta
ahora que afectan a la convivencia y al medio ambiente y la
información fiscal necesaria para ir difuminando el paraíso
fiscal en que se ha convertido el Peñón.
Bueno, para paraísos el de la playa en que estoy en estos
momentos. Con el sol tamizado por la sombrilla, el daiquiri
escurriendo sus sudores sobre la mesa y las aguas marinas
incitando al baño… ¿qué más podemos pedir?
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