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OPINIÓN - VIERNES, 24 DE JULIO DE 2009

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

Frivolidad Ministerial versus Inquietud Ciudadana
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

Les importan a ustedes, por un casual, las anchoas del Cantábrico? A servidora en absoluto, ni las del Cantábrico ni las del Supersol. Ni me interesan las escaramuzas políticas del “Tu eres trincón y abusón” “Pues tu más y no me tires de la lengua que me pierdo”.

A mí, tanta fanfarria en torno a las corruptelas me parece una burda cortina de humo para opacar el hecho de que, me huelo, más mosqueada que un pavo oyendo una pandereta, atisbo que aún no ha llegado a España ni una puta vacuna contra la gripe A. El producto, creo que llamado, “Tamiflú”, se vende por internet y los más avispados teclean con deleite para ponerse ya el banderillazo y no tener que esperar a que, llegados los frescos otoñales, empecemos a caer como moscas y las estadísticas vuelvan a apuntar un rebrote de neurosis de ansiedad y de depresiones reactivas. Por el susto de enfermar. O de que enfermen los niños.

Pero le damos al mando y todo se vuelven bolsos de Louis Vuitton regalados a Rita Barberá (de fabulosos yates a Altísimas Personalidades no se habla porque resulta vulgar y de mal gusto y aquí la libertad de prensa se reduce a libertinaje informativo y a juicios paralelos contra quienes no se pueden defender, de mano de los hacedores de la casquería del corazón). Me importa una higa que, el Bigotes tuviera “detallitos”, yo lo que quiero es saber y en mi barriada de El Palo malagueño queremos que nos informen y que salga la Ministra Trini, con la mecha y la alcachofa que, por ser más fina, se transforma en coliflor y nos informe sobre si es prudente y aconsejable que nos vacunemos masivamente contra la neumonía. De hecho, las criaturas que fallecen en el más acá, van pasaportadas al más allá por complicaciones de la gripe del carajo que se convierte en neumonía. Así que supongo que Zetapé, desde La Mareta, donde vacaciona por la jeta, haría bien en normar a una especie de Delegado Nacional de Sanidad, especialista en “sus pandemias”, alguien que, en el Ministerio, tuviera una leve idea del tema, por ejemplo cualquier médico de atención primaria y que, un profesional, agarrara la coliflor cableada para explicarnos si, para evitar complicaciones gripales y ya que no están disponibles las vacunas por el momento, comenzamos a propinarnos un chute de la vacuna contra el streptococus pneumoniae, en plan preventivo.

Pero, la frivolidad de los Poderosos, el “mucho te quiero perrito, pero pan poquito” considera más apasionante tratar de ganar con escandaleras lo que ha de ganarse con resultados que se traduzcan en votos en las urnas. Y aquí tan solo resulta que, todo el panorama, se ha convertido en una Macromalaya con filtraciones interesadas de conversaciones telefónicas y desvelando secretos de sumario. Ante el horror y la indignación de esos garantistas de pacotilla que, ni se horrorizaban ni se indignaban cuando se esperaba a que finalizara en Marbella el mitin de Zapatero para que, la prensa, volara a la puerta del “chalé” de la Pantoja, todo bien avisado y tramado, para guardar para la posteridad la foto de la tonadillera saliendo desencajada de su casa para ser conducida a los calabozos. ¿Por donde andaba ese fiscal Anticorrupción que hoy incoa diligencias por filtraciones de “Gurteles”? ¿Quién filtraba a la prensa las detenciones de los Malayos? ¿Quién filtra a la prensa cada paso de ese hediondo sumario marbellí?. Pues eso. Que se chinguen los que, en su día, otorgaron la Patente de Corso para destrozar vidas y reputaciones y permitieron que, en las tertulias, entre alusiones a Humberto Janeiro “El tigre de ambiciones”, las patéticas vicisitudes de los de “La isla de los famosos” con Juanito el Golosina como mascaron de proa y los desmayos de la recauchutada bruja Aramís, machacaban famas y honras, juzgaban y condenaban alegremente y decidían quien tenía o no tenía que estar en prisión. La “justicia” nauseabunda del “Aquí hay Tomate” ha sido el Libro de Estilo de infinidad de mierdosos. Eso sí, sembraron tomates y ahora esos mismos se rasgan las vestiduras por ser corridos a tomatazos.

Pero no es mi tema. Resulta demasiado puerco y contaminante. Prefiero que palien la inquietud ciudadana informándonos de si es aconsejable ponernos la vacuna de la neumonía y si hay que buscarse la vida y pillarse el “Tamiflú” por internet. El resto es frivolidad.
 

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