Les importan a ustedes, por un
casual, las anchoas del Cantábrico? A servidora en absoluto,
ni las del Cantábrico ni las del Supersol. Ni me interesan
las escaramuzas políticas del “Tu eres trincón y abusón”
“Pues tu más y no me tires de la lengua que me pierdo”.
A mí, tanta fanfarria en torno a las corruptelas me parece
una burda cortina de humo para opacar el hecho de que, me
huelo, más mosqueada que un pavo oyendo una pandereta,
atisbo que aún no ha llegado a España ni una puta vacuna
contra la gripe A. El producto, creo que llamado, “Tamiflú”,
se vende por internet y los más avispados teclean con
deleite para ponerse ya el banderillazo y no tener que
esperar a que, llegados los frescos otoñales, empecemos a
caer como moscas y las estadísticas vuelvan a apuntar un
rebrote de neurosis de ansiedad y de depresiones reactivas.
Por el susto de enfermar. O de que enfermen los niños.
Pero le damos al mando y todo se vuelven bolsos de Louis
Vuitton regalados a Rita Barberá (de fabulosos yates a
Altísimas Personalidades no se habla porque resulta vulgar y
de mal gusto y aquí la libertad de prensa se reduce a
libertinaje informativo y a juicios paralelos contra quienes
no se pueden defender, de mano de los hacedores de la
casquería del corazón). Me importa una higa que, el Bigotes
tuviera “detallitos”, yo lo que quiero es saber y en mi
barriada de El Palo malagueño queremos que nos informen y
que salga la Ministra Trini, con la mecha y la alcachofa
que, por ser más fina, se transforma en coliflor y nos
informe sobre si es prudente y aconsejable que nos vacunemos
masivamente contra la neumonía. De hecho, las criaturas que
fallecen en el más acá, van pasaportadas al más allá por
complicaciones de la gripe del carajo que se convierte en
neumonía. Así que supongo que Zetapé, desde La Mareta, donde
vacaciona por la jeta, haría bien en normar a una especie de
Delegado Nacional de Sanidad, especialista en “sus
pandemias”, alguien que, en el Ministerio, tuviera una leve
idea del tema, por ejemplo cualquier médico de atención
primaria y que, un profesional, agarrara la coliflor
cableada para explicarnos si, para evitar complicaciones
gripales y ya que no están disponibles las vacunas por el
momento, comenzamos a propinarnos un chute de la vacuna
contra el streptococus pneumoniae, en plan preventivo.
Pero, la frivolidad de los Poderosos, el “mucho te quiero
perrito, pero pan poquito” considera más apasionante tratar
de ganar con escandaleras lo que ha de ganarse con
resultados que se traduzcan en votos en las urnas. Y aquí
tan solo resulta que, todo el panorama, se ha convertido en
una Macromalaya con filtraciones interesadas de
conversaciones telefónicas y desvelando secretos de sumario.
Ante el horror y la indignación de esos garantistas de
pacotilla que, ni se horrorizaban ni se indignaban cuando se
esperaba a que finalizara en Marbella el mitin de Zapatero
para que, la prensa, volara a la puerta del “chalé” de la
Pantoja, todo bien avisado y tramado, para guardar para la
posteridad la foto de la tonadillera saliendo desencajada de
su casa para ser conducida a los calabozos. ¿Por donde
andaba ese fiscal Anticorrupción que hoy incoa diligencias
por filtraciones de “Gurteles”? ¿Quién filtraba a la prensa
las detenciones de los Malayos? ¿Quién filtra a la prensa
cada paso de ese hediondo sumario marbellí?. Pues eso. Que
se chinguen los que, en su día, otorgaron la Patente de
Corso para destrozar vidas y reputaciones y permitieron que,
en las tertulias, entre alusiones a Humberto Janeiro “El
tigre de ambiciones”, las patéticas vicisitudes de los de
“La isla de los famosos” con Juanito el Golosina como
mascaron de proa y los desmayos de la recauchutada bruja
Aramís, machacaban famas y honras, juzgaban y condenaban
alegremente y decidían quien tenía o no tenía que estar en
prisión. La “justicia” nauseabunda del “Aquí hay Tomate” ha
sido el Libro de Estilo de infinidad de mierdosos. Eso sí,
sembraron tomates y ahora esos mismos se rasgan las
vestiduras por ser corridos a tomatazos.
Pero no es mi tema. Resulta demasiado puerco y contaminante.
Prefiero que palien la inquietud ciudadana informándonos de
si es aconsejable ponernos la vacuna de la neumonía y si hay
que buscarse la vida y pillarse el “Tamiflú” por internet.
El resto es frivolidad.
|