Corren malos tiempos para todos pero, a pesar de ello,
“el sentimiento de generosidad y preocupación de la gente
está más presente que nunca aunque no sepamos
exteriorizarlo”. Así lo constató el presidente nacional de
Cruz Roja Española, Juan Manuel Suárez del Toro, quién
advirtió que la recaudación a través de la venta de boletos
del Sorteo de Oro se ha incrementado con respecto a años
anteriores. Pese a que la pérdida de valores sumados al
capitalismo y la desigualdad mundial están a la orden del
día, Suárez del Toro argumentó que el número de voluntarios
y cooperantes crece a ritmo acelerado en esa lucha por los
derechos y la dignidad que “todos los seres humanos, como
tales, merecemos”.
Pregunta.- ¿Qué significa para usted la universalidad y
representarla como máximo exponente de Cruz Roja Española?
Respuesta.- La universalidad es que todos tengamos los
mismos derechos y merecemos la misma dignidad, mas allá de
cualquier tipo de diferencias. Todo ser humano merece la
dignidad que como tales tenemos. Cruz Roja siempre intenta
ayudar a las personas con mayor vulnerabilidad y lo que pide
siempre es el respeto de los derechos fundamentales de las
personas, y deben cumplirse. Ayuda material, alimentación,
educación pero también en los aspectos sociales y
psicológicos Cruz Roja debe estar ahí y por eso se ha
transformado en una red de solidaridad mundial donde el
voluntariado es el factor fundamental, ese principio de
universalidad junto con otros, como la humanidad,
constituyéndose esa filosofía de estar pendiente de la otra
persona.
P.- ¿Cómo definiría el concepto de caridad?
R.- Varía mucho de unos países a otros y significa el tener
ese gesto de ayuda a los demás. Muchas veces nosotros
nosotros no queremos emplear el aspecto compasivo y, sin
embargo, en otros lugares del mundo sí se alude a él porque,
en el fondo, significa ‘padecer con’. Pero, en términos
generales, estamos hablando de que todas las personas tienen
una dignidad que merecen y entre todos conseguir que sea
efectiva.
P.- Esta institución podría describir la otra cara de la
historia de la humanidad, la de los pobres, necesitados y
desamparados ante los ojos del poder, ¿nunca se ha
replanteado contarlo a través de la literatura?
R.- Siempre surge. Todas las historias, según quién las
cuente, tienen una visión u otra. Pero las versiones no son
muy diferentes de unos países a otros o de unas
circunstancias a otras. Por ejemplo el fenómeno migratorio,
que ha existido siempre pero a unos nos ha tocado vivirlo
hace 30 ó 40 años, a otros ahora y varios lo padecieron el
siglo pasado pero todos buscan lo mismo: el progreso, la
esperanza, la mejor vida para sí mismo y para los suyos.
Pero si observamos a un lado y a otro con actitud de mira,
la historia de la humanidad se repite y hay que saber verla
desde todas las perspectivas, no sólo guiarnos por una
visión unilateral de ella.
P.- ¿Es su objetivo prioritario que desaparezca esta
entidad?
R.- Con toda la prudencia posible, en el fondo nos gustaría
no tener que actuar porque eso significaría que las guerras
dejarían de existir, que la pobreza desaparecería, que las
catástrofes naturales no causarían estragos, que las
personas mayores no se quedarían solas, que la infancia y la
juventud no sufrirían. Pero hay otro aspecto que me gustaría
que existiese siempre y es que siga siendo una red de
solidaridad mundial donde muchísimas personas pueden
transmitirse esa generosidad, ese cariño, ese gesto
voluntario hacia el otro porque es bueno para todos, para
los que reciben un aliento, una sonrisa, o una palmada.
P.- Ahora que los problemas se incrementan en todas las
zonas del mundo, ¿cómo afronta Cruz Roja esta labor?, ¿cuál
ha sido el mayor estrago que le ha causado la crisis?
R.- Siempre hay que imaginar una cosa y es que si lo
sufrimos aquí, en un país desarrollado con posibilidades y
protección social, imaginemos lo que está ocurriendo en
otros países que ya de por sí estaban en una profunda
pobreza. Esa es la primera reflexión que debemos hacer desde
aquí. ¿Cómo lo vivimos?. Pues nos preocupa porque hay
muchísima gente que está viviendo en la extrema pobreza y
nos hemos visto obligados a suspender algunas acciones y
programas. Y a nivel más cercano pues vemos que muchas
familias están padeciendo los estragos del desempleo, viendo
que se destruyen sus pequeños proyectos de vida. Por eso
hemos vuelto a retomar programas como el reparto de
alimentos en la Unión Europea y el apoyo psicológico dentro
de nuestro sistema de protección social.
P.- ¿Tuvo que enseñar muchos dientes para conseguir
subvenciones y vías de financiación?
R.- Seguimos llamando la atención y llamamos a la conciencia
de la población mundial ya que hemos tenido que cambiar
nuestras prioridades. A nivel mundial, guiándonos por los
índices de la pobreza extrema, la ayuda alimentaria y la
sanidad básica serán lo prioritario. Y en nuestro país nos
concentraremos en las personas que se han visto directamente
afectadas por la crisis con un fondo de solidaridad interno
creado por todas las asambleas territoriales para el
desarrollo de nuevos proyectos.
P.- ¿Se posiciona o ha posicionado alguna vez
políticamente?
R.- En principio, Cruz Roja no debe posicionarse
políticamente hablando, sobre todo, de partidos políticos.
En ese aspecto observamos una estricta neutralidad para
evitar polémica pero eso no quiere decir que, evidentemente,
en aquellos temas que atañen a nuestra misma esencia nos
presenciemos, siempre hablando de temas más genéricos. Y
como persona, estoy afectado por esta dedicación que tengo
desde hace muchos años con lo cual practico esa misma
filosofía.
P.- A pesar de que a nivel educativo se ha contemplado
una, cada vez mayor, pérdida de valores, ¿es cierto que la
acción voluntaria y las oenegés han incrementado su labor
hacia el prójimo?
R.- Las dos cosas las persigo. Hablamos mucho de la pérdida
de valores y puede ser que nos hayamos metido en un mundo de
sociedades occidentales, de opulencia, pero a la vez el
número de voluntarios crece en aquellos lugares donde los
problemas son más acuciantes. Y ahora vemos que, por
ejemplo, a pesar de la crisis, los resultados del Sorteo del
Oro en Ceuta muestran que los ingresos han subido, la gente
ha ayudado más. Pero también hago una segunda lectura, y que
quizás esto se ve menos o se transmite menos a la sociedad o
no somos capaces de exteriorizarlo. En el fondo, el
sentimiento de generosidad de la gente, de preocupación por
los demás, de participar a través del voluntariado, está más
presente que nunca.
P.- Ser cooperante y ayudar a los demás, ¿es cada vez más
inseguro?
R.- Las organizaciones toman las medidas y precauciones para
que los cooperantes estén lo suficientemente protegidos para
no tener ningún peligro mayor derivado de la situación de
carencia del territorio en el que se esté. Evidentemente, en
situaciones más conflictivas, procuramos que las acciones
permitan la integridad de las personas de cooperación
aunque, como es lógico, algunas veces ocurran cosas. Pero no
suele ser la generalidad.
P.- ¿Podríamos hablar de una cifra concreta de
cooperantes con los que haya tratado como presidente de Cruz
Roja?
R.- Muchísimos, y que quieran cooperar, miles, miles y
miles. Pero no todo el mundo puede ir. Además somos
partidarios de que la persona que quiera cooperar puede
darle un valor añadido a la acción por eso procuramos que
las personas que ayudan sean de sus mismos países y para eso
es mejor formarlos y darles los medios adecuados. Puedo
decir que una de las mayores demandas que tengo es la de
cooperantes.
P.- Cruz Roja Española, en el S.XXI, ¿responde a los
objetivos fundacionales?, ¿qué nuevos horizontes se abren
para la institución?
R.- Creo que sí, y además se adapta a cada momento y
circunstancia en cada país y quizás sea eso lo que demuestre
que lleva 150 años atendiendo a cada una de las necesidades.
Los problemas son diferentes según los retos de la humanidad
pero responden a nuestro principio de universalidad. Lo que
nos ha enseñado la experiencia es que nadie está exento de
que le ocurra una catástrofe y que no distingue a los pobres
de los ricos y siempre hemos estado ahí, por eso seguimos
respondiendo a nuestros objetivos.
P.- El Sorteo de Oro es la mayor vía de financiación de
esta entidad humanitaria, ¿cómo valora la participación
ciudadana?, ¿qué se hace para fomentarla?
R.- No tengo los resultados definitivos pero sí ha subido la
recaudación con respecto a años anteriores. Y es importante
porque en este contexto de crisis es muy positivo que la
gente haya respondido y nos haya apoyado más. Esto significa
que se está persiguiendo, no el oro, sino el ayudar a esas
personas que lo necesitan.
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