Ya vamos acostumbrándonos a los
calores. El mejor sitio, lugar o como quieran llamarlo para
escribir éste artículo es la terraza. Una de las terrazas de
mi casa, la que está orientada al mar.
Desde lo alto de la terraza veo enfrente y abajo el comercio
de frutas y hortalizas regentado por gente latina, pegado a
la Caja de Sabadell. La esquina de dicho comercio abre una
perspectiva directa al Mare Nostrum, de la que me congratulo
de disponer.
Hoy he decidido poner los pies a descansar, al aire. Aire
fresco que sopla del oeste, arrastrando, allá arriba, unos
jirones de nubecillas que van dibujando formas parecidas a
la piel de cordero de manera sublime.
A lo lejos, en los madriles, los políticos comienzan a
pensar un poco más en las cercanas vacaciones. Mientras el
presidente de todos los españoles pide a los socialistas que
se calmen y sigan el plan propuesto desde el principio, los
peperos cargan sus armas políticas con balas de verdadera
ofensa.
La historia moderna del PP le pasará una factura
tremendamente gorda. Mira que hacerle feos a la Justicia y
ponerse en contra de jueces, fiscales y abogados. Mira que
faltar, totalmente, al respeto debido al Gobierno de la
nación…
Se nota demasiado el plumero pepero. Se nota demasiado que
cada vez que los socialistas obtienen resultados positivos
se cabrean más de la cuenta. Se nota demasiado que la corta
inteligencia de quién todos sabemos no le da para más que
expresar públicamente su rabia.
En todo lo que llevamos de legislatura, y la pasada, los
peperos no ha ofrecido ni una solución que ampare y
fundamente sus recusaciones y sus ataques al Gobierno del
país, ni que resuelvan los problemas, que según ellos, sólo
produce el presidente del Gobierno. Ni siquiera saber
presentar una sencillita suma de dos y dos son cuatro para
resolver la crisis. Lo más seguro es que ni siquiera saben
como resolver su propia crisis.
Confieso que al principio creí que los peperos habían
fichado a una “galáctica” que elevara el sentido de
oposición del partido. No es más que una de las más vulgares
afiliadas y escogida por su apariencia más que por otra
cosa.
Ni una sola ve ha dado pie para que le demos la razón. Me
refiero a la señora que aparece siempre en los medios de
comunicación llevando la voz cantante. Me refiero a la
secretaria de Cospedal. Hasta ahora no ha aportado ni un
granito de arena. Todo son descalificaciones y acusaciones
basadas en la nada. Porque nada pueden demostrar ni nada
pueden sacar para fundamentar todo ese desmadre pseudo
acusatorio y pseudo descalificatorio.
El oscurantismo reina sobre las huestes peperas y con ello
tratan de engatusar al ciudadano desviando su atención hacía
temas que no se sostienen ni con muletas.
Creo sinceramente que la única solución, que tienen los
peperos, es actuar a la manera de los países bananeros para
obtener el poder. Eso sería muy, pero que muy arriesgado y
totalmente desagradable. Lógicamente no contarían con la
colaboración del resto de ciudadanos. Sólo de aquellos
agarrados a la nostalgia cada vez más lejana.
No puedo creerlo pero sigue ahí: la alcaldesa valenciana se
declara íntegra y además dice que todos los políticos
reciben regalos. Remacha que los del presidente del Gobierno
deben ser más caros y grandes que los de la alcaldesa.
Típica salida de quién ha sido tocada por el caso “Gurtel”.
El salpicón promete ser de órdago y carne de los medios de
comunicación.
Yo, por si acaso, no he aceptado un regalo que me quería
hacer el dueño del bar de la piscina. Me ofrecía una copa de
“clara”. No se, no se. No sea que me salpique este caso que
ha convertido la política en un circo mediático en el que la
risa está ausente dado que sólo sueltan estupideces memas.
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