La Organización Mundial de la Salud, que no fija un objetivo
en porcentaje de ciudadanos, sí recomienda que la vacunación
sea gradual.
Establece los grupos prioritarios: personal sanitario,
embarazadas, enfermos crónicos, adultos de 15 a 49 años,
niños, adultos de 50 a 64 años y, los últimos, los adultos a
partir de los 65 años. “Hay que vacunar primero a los que
más lo necesitan”, asegura Gregory Härtl, portavoz de la
OMS.
En España, El Minsterio de Sanidad ha decidido que se
vacunaría al 40% de la población. Para llegar a esta cifra
se contabilizó a los ciudadanos que pertenecen a los grupos
tradicionales de riesgo de la gripe común (un 30% de los
ciudadanos) y se aumentó esa cifra en un 10%. Un porcentaje
al que se llegó, según el secretario general de Sanidad,
José Martínez Olmos, por “unanimidad”. “Ningún organismo
internacional ha dicho que deba haber vacunaciones masivas”,
asegura.
Mejor el 60%
José María Matín Moreno, catedrático de Medicina Preventiva
y asesor de la OMS, considera que vacunar al 40% de la
población puede ser suficiente. “Si se hace bien puede
cubrir un porcentaje mayor por la llamada inmunización
grupal, que hace que la población vacunada haga un efecto
escudo a los que no lo están, porque el virus no circula
tanto”, dice. Lo “ideal”, sostiene, sin embargo, sería
vacunar al 60%.
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