La ministra de Defensa, Carme
Chacón no tendrá que venir a Ceuta -como se avisó y más
tarde se rectificó- cuando afloraban las críticas sobre el
ya enfriado asunto de la reducción de efectivos militares en
la Ciudad Autónoma (de graduación) y la consiguiente
reestructuración que lo soportaría. De ser numerosas las
dudas que asaltaban a los ceutíes en lo que a pérdida de
renta per cápita en la ciudad se refería, se ha ido pasando
con delicadeza al ámbito de la necesaria colaboración y
entendimiento en aprovechamiento de aquellas superficies que
el Ejército debe ir dejando por su infrautilización e,
incluso, abandono. Sobre todo teniendo en cuenta que existe
el macroproyecto de reubicar a todas las unidades en el
interior de una Base Única que camina lenta y pausada
presupuesto general tras presupuesto general.
La Administración General del Estado entiende que sí que si
de vender sus superficies se trata, en relación a las de
Defensa, el Ayuntamiento o Ciudad Autónoma será su primer
cliente a un precio razonablemente justo que, pese al
interés del Gobierno local de ofrecer una cifra próxima a
los 30 millones de euros, será el propio Ministerio de Carme
Chacón la que tenga la última palabra (máxime teniendo en
cuenta que el presupuesto de Defensa no es que sea de los
más importantes entre los primeros países de Europa... y les
hace falta cash).
No obstante, el trabajo de la Ciudad Autónoma, su presidente
y sus consejeros de Fomento y de Hacienda, ha sido muy bueno
en el sentido de aportar con datos y motivar -texto legal en
mano- sus necesidades amparándose en los recursos que la
legislación prevé para casos absolutamene similares. Vivas,
Doncel y Marquez conforman un equipo sólido de gran carga de
labor política y administrativa que está redundando en
mejoras de posicionamiento y de seriedad institucional ante
los distintos foros en los que Ceuta participa.
En este asunto, la Ciudad ya tiene hechos sus deberes.
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