Cuatro jóvenes ceutíes -uno de ellos menor de edad- han
denunciado ante Consumo a los pubs Baobab y Recreo del
Poblado Marinero después de que éstos les hubieran impedido
la entrada a sendos establecimientos en la madrugada del
sábado. Los afectados aseguran que les “insultaron” y que
vieron cómo hubo chicas que entraron a los locales de manera
gratuita mientras que a ellos les pidieron 10 euros; ven un
trato “discriminatorio” por su orientación sexual.
El Poblado Marinero vuelve a registrar otro capítulo
polémico. Este recinto, que se convierte las madrugadas de
los fines de semana en destino de ocio para los jóvenes, fue
en las madrugadas del viernes al sábado y del sábado al
domingo una pesadilla para cuatro jóvenes, que decidieron
presentar ante Consumo quejas por un supuesto “trato
discriminatorio”.
Melodía Gallardo, Estíbaliz Escudero, Jesús García Gaona y
Francisco Pitalúa -de 17 años- narraron los hechos de esta
manera. “Estábamos en la puerta del Baobab en la noche del
viernes. Quisimos entrar pero nos pidieron diez euros,
mientras que a otras chicas, que tenían un trato muy
cariñoso con los porteros, les dejaron entrar sin pedirles
dinero alguno. Nosotros pedimos explicaciones, mientras
ellos hablaban en árabe diciendo que había mucha gente en la
puerta. Cuando llegó nuestro turno para entrar, nos pidieron
el dinero, protestamos, pedimos explicaciones y nos cerraron
la puerta en la cara diciéndonos que se cagaban en nuestra
puta madre”. Los chicos rellenaron la primera hoja de
reclamación y se marcharon al Recreo’. Allí, aseguran que
vivieron una historia similar, aunque con un insulto
diferente: “Estábamos en la puerta y vimos que también se
les dejaba paso a las chicas que más cariños les hacían a
los porteros y a sus amigos. Cuando llegó nuestro turno
tampoco nos dejaron pasar y nos dijeron que allí no
entrábamos, ‘putas lesbianas’”.
A la noche siguiente, regresaron al Baobab y se les volvió a
denegar la entrada, según relataron. “Llegamos e intentamos
pasar, porque no tienen derecho a dejarnos sin entrar por
haber presentado una reclamación. Pero no hubo manera, nos
dijeron que no. Volvimos a pedir una nueva hoja de
reclamación, la rellenamos incluso con ayuda de la UIR, que
se portaron muy bien con nosotros, y se la entragamos.
Entonces ellos nos dijeron que nos marcháramos y que esas
hojas no valían para nada, que las iban a romper. Nos
sacaron a empujones y a Pitalúa le pegaron en el brazo
incluso”.
Los jóvenes decidieron acudir ayer a varios medios de
comunicación de la ciudad para denunciar lo sucedido y
mostrar las reclamaciones presentadas ante Consumo para
intentar hacer más fuerza. Además, han creado un evento
dentro de la red social Tuenti para conocer las opiniones de
los demás. “Hemos recibido mucho apoyo y desde ahí nos han
animado a denunciarlo públicamente”.
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