El Ministerio de Cultura dio ayer
otro ejemplo palmario de los beneficios que la colaboración
institucional, más allá del color político de cada una,
reportan a las Administraciones que saben y trabajan para
aprovecharse de sus virtudes. El departamento que dirige
Ángeles González-Sinde comunicó ayer que, tal y como se
esperaba, la Seo ceutí estará en el Plan Nacional de
Catedrales, con lo que las obras de rehabilitación que en
ella se ejecutarán formarán parte de las 53 actuaciones que
se financiarán a través del Plan Nacional de Catedrales. Así
termina su camino administrativo un proyecto iniciado en
2004 bajo la coordinación de la consejera del ramo ceutí,
Mabel Deu, que sin prisa pero sin pausa acometió los
trámites necesarios para que la Catedral fuera declarada
Bien de Interés Cultural (BIC) y después redactó un Plan
Director en el que se planificó la actuación para su
posterior remisión al Ministerio, que ayer le dio su visto
bueno con la aquiescencia de Iglesia y Estado. El
presupuesto de las actuaciones contempladas en dicho
documento asciende a 9,7 millones, pero aún con el avance
logrado ayer no se espera que las obras se inicien hasta
finales del año próximo o principios de 2011. La línea de
acción política en su relación con la Administración General
del Estado, sin cuya respuesta y afinidad a dicha forma de
trabajar tampoco se podrían conseguir los logros que se
están fraguando, ha demostrado esta semana ser la más fiable
y efectiva de todos. Aquellos políticos que durante meses se
han pasado los días alzando la voz para obtener portadas en
lugar de sostener sus posiciones con argumentos sólidos
amparados por la objetividad y la responsabilidad deben
aprender que aunque parezca electoralmente muy rentable la
búsqueda del enfrentamiento por el enfrentamiento sólo
conduce a resultados negativos para ambas partes, pero
generalmente peores para la más necesitada. Ahora más que
nunca, en medio del temporal económico, es momento para
arrimar el hombro y no para poner zancadillas.
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