No podía ser de otra forma y no
podía ser en mejor momento, cuando la Guardia Civil diera
uno de esos golpes tan contundentes que quedarán marcados en
la historia de Ceuta, en la de la propia Guardia Civil y en
la del tráfico de hachís, para siempre.
En tan sólo un fin de semana, la Guardia Civil ha sido capaz
de decomisar en torno a dos toneladas y trescientos kilos de
este producto que si hubiera llegado a su destino y se
hubiera puesto en el mercado, su valor rondaría los
3.200.000€, una cantidad de dinero como para volver loco a
cualquiera.
Todo esto se logró en siete intervenciones anti droga en el
preembarque del puerto de Ceuta y ni que decir tiene que
junto a la decomisación de la droga hubo detenidos: diez
personas.
El cuerpo del delito ahí está, las personas detenidas ahí
están, también, pero en la operación, para que sea
totalmente perfecta, a la Guardia Civil le falta averiguar
donde cargó el camión frigorífico las casi dos toneladas de
hachís incautadas, que se dieron en una de las operaciones.
Será ahora la Brigada de Policía Judicial de la Benemérita
la que intenta seguir el trayecto que llevó ese furgón de
gran tonelaje, con la carga “tan especial”. Y el círculo se
va cerrando en torno al Polígono del Tarajal.
Si toda la operación fue meticulosa y, prácticamente,
perfecta, con unos resultados más que extraordinarios, el
principal logro estuvo en una de esas intervenciones en la
que se incautaron 1959 kilogramos, en los huecos de la
refrigeración.
Aquí se asestaba el auténtico “golpe” al tráfico de
estupefacientes. Luego continuó la faena que no podía
dejarse a medias y la Guardia Civil, una vez más, ha
demostrado que hace las cosas a conciencia. Tras ese primer
hallazgo luego fue decomisando, en otro de los movimientos,
más de 90 kilos en el techo de un automóvil, 86,4 kilos en
un doble fondo y sucesivamente 56, 30, 32 y 26 kilos en
lugares tan dispersos y tan dispares como el interior de las
cuatro ruedas, el depósito del combustible, las aletas
laterales y un largo etc.
Ni que decir tiene que hoy por hoy, será muy difícil que a
la Guardia Civil se le escape ninguno de los posibles
rincones, donde pueda camuflarse algún tipo de sustancia de
este tipo.
El único problema sin resolver, pero lo resolverán, sin
tardar mucho, desde la Guardia Civil, es saber donde se
cargaron esas casi dos toneladas. Y digo que es el gran
problema, porque aquí no se trata de un puñado, unos gramos
o unos cuantos kilos que se podrían llevar de una parte para
otra en un bolso o en una mochila. Esta gran cantidad, que
trae de cabeza a todos, puede marcar la existencia de
organizaciones con capacidad de almacenamiento logístico del
mercado del hachís, llegado desde Marruecos, hasta la misma
frontera del Tarajal.
En esa investigación, que se está llevando a cabo, aparecen
las primeras sospechas, apuntando a lugares, no demasiado
alejados de la frontera, con lo que el circulo se va
estrechando un poco más cada vez, bastante cerca de algunas
naves de ese polígono. Hoy por hoy no se pasa de
suposiciones, pero suposiciones no gratuitas, sino
perfectamente fundadas.
El golpe se ha dado. El éxito ahí ha quedado. Lograr el
pleno total, con un nuevo primer objetivo es conocer y
seguir el trayecto de ese transporte cargado en Ceuta.
¿Dónde se cargó?
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