Sócrates inventó la razón
en las plazuelas de Atenas, dialogando, y aunque en nuestra
sangre sólo nos quede de griegos el porcentaje que aporte
Krios –ex jugador de la Asociación Deportiva Ceuta-,
necesitamos de las fiestas callejeras para dialogar. Porque
estamos obligados, sin duda, a darle salida a la locuacidad
latina, o mejor mediterránea, o como ustedes quieran
llamarla.
La plaza de González Tablas fue la elegida para
celebrar la I Feria de la Tapa. El mejor motivo posible para
que la gente se diera cita en ese espacio que admitió 32
casetas. Las que estaban repletas de un público ávido de
charlar, de contarse cosas, de darle un festín a la mirada.
Un público compuesto por ciudadanos mediterráneos que
necesitan divertirse al aire libre.
Se impone, pues, darle la enhorabuena a los dos empresarios
que han hecho posible que esa zona de la ciudad vuelva a
tener vida. Ellos son Karim Bulaix y Pablo Guerra:
presidente y vicepresidente de la sectorial Hostelera de la
Confederación de Empresarios. Bulaix y Guerra son los
hacedores de una fiesta que ha conseguido que los ceutíes se
hayan acordado de que El Paseo de las Palmeras también
pertenece a esta tierra.
El ambiente que reinaba en la plaza de González Tablas era
extraordinario. E imagino que semejante éxito habrá disipado
el pensar negativo que al respecto tenían algunos
empresarios y miembros del gobierno local, que no veían con
buenos ojos la idea propuesta por las personas ya reseñadas.
Durante más de una hora viví el ambiente de la I Feria de la
Tapa. Y aproveché ese tiempo para hablar. Para conversar de
cuanto se encartara. Y a fe que no me privé tampoco de oír a
los demás. Es cierto que a veces había que levantar la voz.
Pero la noche invitaba a charlarlo todo.
De modo que me enteré de lo bien que han actuado en las
conversaciones con Manuel Chaves, en lo tocante a la
financiación autonómica, tanto Juan Vivas como
Pedro Gordillo. Y no crean que todo ha sido un camino de
rosa. Puesto que ambos, en momentos claves, se vieron
obligados a decirles a ciertos gerifaltes populares, que los
intereses de Ceuta estaban por encima de los del partido.
Tiempo habrá de ahondar en este tema.
También presté oído a lo que contó un aficionado de la
Asociación Deportiva Ceuta. Un aficionado tan añejo cual
conocedor de los entresijos del fútbol local. Sucedió que
alguien nombró a Carlos Orúe, entrenador del primer
equipo. Y lo primero que se le ocurrió decir al aficionado
fue lo siguiente:
-El entrenador jerezano se ha creído que los aficionados del
Ceuta somos tontos de caernos. Lo digo, porque no para de
meternos trolas. Y creo que ha llegado el momento de que le
paren los pies.
Alguien de los allí reunidos le preguntó cuál era la causa
que le había mosqueado hasta el punto de mostrarse así. Y el
hombre no tuvo el menor inconveniente en responder.
Veamos. Carlos Orúe no deja de destacar la buena labor que
viene haciendo en los fichajes el secretario técnico de la
ADC, Fernando Abad. Cuando todos sabemos que éste,
desgraciadamente, está para pocos trotes. Y se manifiesta
así, para que si las cosas pintan bastos, no se le tache a
él de haber hecho una plantilla a su medida. Dentro de las
posibilidades del club. Eso, señores, se llama jugar con las
cartas marcadas. Y ya está bien de aguantar a listos...
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