Los fumadores cada vez empiezan más jóvenes. Las tabaqueras
buscan nuevos nichos de mercado para subsistir ante el
descenso de fumadores entre las capas de adultos de mayor
edad y ancianos. La última encuesta sobre consumo de tabaco
indica que la edad de inicio está en Ceuta sobre los 12
años, coincidiendo con la media del resto de comunidades
autónomas. Para enfrentarse al reto de conseguir retrasar la
edad de inicio de los adolescentes y promover una cultura no
fumadora surgió hace ya más de un lustro el programa ‘Clase
sin Humo’. Un proyecto que abarca más allá de las fronteras
españolas.
Ceuta ha experimentado un importante aumento en el número de
clases y estudiantes presentes en este programa que se
dirige a niños y niñas de 11 y 12 años. Así, ha conseguido
pasar de 395 participantes en el curso 2005/ 2006 a 731 del
curso 2008/ 2009, según los datos de la Unidad de Tabaquismo
de la Consejería de Sanidad.
‘Clase sin Humo’ es un programa que se basa en la
realización de una serie de mediciones sobre consumo de
tabaco en el escolar llamadas coximetrías. Los controles son
esporádicos y aleatorios. Si la organización encuentra en
algún menor tasas por encima de las permitidas la clase
queda excluida del certamen. No obstante, según explica Lola
Naranjo, técnico del Plan sobre Drogas, siempre se intenta
dar una segunda oportunidad para mantener al equipo en la
competición.
Durante los últimos cuatro años han participado en este
proyecto 93 clases y sólo dos han sido eliminadas, según
desvela Naranjo. Esto dice mucho de los adolescentes
ceutíes. De hecho, según la técnico, Ceuta está entre las
regiones con menor número de eliminados en términos
relativos. Una de las explicaciones estriba en la llamada
“presión del grupo”. La clase forma una ‘piña’ y entre ellos
mismos se controlan y dan ánimos para no caer en la
tentación. Incluso, una vez cometido el desliz de probar el
tabaco aunque sea en fin de semana, los propios escolares
hacen propósito de enmienda para volver a la buena senda.
El perfil del joven que sobrepasa las tasas en las
coximetrías es “siempre el mismo”. “Estamos hablando de
chavales que suelen ser repetidores y que, por tanto, tienen
más edad que la del grupo. No se identifican tanto con el
resto de la clase y por eso no se plantean reconducir sus
hábitos”.
La técnico del Plan sobre Drogas de la Consejería de Sanidad
se felicita porque el gran logro de este programa es
retrasar la edad de inicio en el consumo de tabaco. Este
hecho no es baladí. Y es que, según los expertos, si se
alarga la edad del primer consumo de cigarrillos aumentan
las posibilidades de no fumar, o al menos de hacerlo en
mínimas ocasiones.
Beneficios indirectos
Todo el aula se implica durante la realización de ‘Clase sin
Humo’. El maestro o la maestra, el primero. “En muchos casos
hemos logrado que el profesor dejara de fumar como efecto
colateral.
Los técnicos del Plan sobre Drogas encargados del
seguimiento del programa y de hacer las coximetrías han
detectado en algunos niños la presencia de altas tasas de
dióxido de carbono pese a no haber fumado. La explicación es
que fuera del aula, en casa, son fumadores pasivos. Aquellos
niños con problemas respiratorios o asmáticos absorben más
aire y claro, con el humo en suspensión... De esta forma se
intenta que los padres, al conocer las tasas de sus hijos en
las coximetrías, dejen de fumar o al menos lo hagan lejos de
los menores.
El premio que otorga la organización es una estancia de
campamento en el complejo Miguel de Luque. Este año le
tocará a una clase del Beatriz de Silva disfrutarlo. Sin
embargo el principal premio es su salud.
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