El origen del problema estuvo en que el embarque no se
anunció por megafonía en todo el edificio de la nueva
estación marítima. Tampoco en la cafetería, donde el
pasajero afectado estaba esperando para poder embarcar, ya
que el buque había retrasado su salida respecto al horario
programado por unos problemas técnicos.
Según nos explicó este ciudadano, los hechos ocurrieron el
lunes por la noche, cuando se dirigió a la estación marítima
de Melilla para coger el ferry de Málaga a las 23,59 horas.
Cuando sacó la tarjeta de embarque, le comunicaron que la
salida del barco iba a retrasarse por un problema en la
operación y que “la cosa iba para largo”.
Ante esta situación, fue a la cafetería para tomar algo con
su hermano y, de este modo, hacer tiempo mientras esperaban
para poder embarcar. Estando en la cafetería, observaron por
la cristalera que empezaban a pasar los primeros viajeros
por la pasarela para entrar en el barco, por lo que se
dirigieron a la zona de embarque para pasar los controles de
seguridad.
Sin embargo, los policías que estaban allí le denegaron el
acceso y le dijeron que ya no podía pasar porque llegaba
tarde, a pesar de que casi todos los viajeros estaban en una
habitación contigua esperando para entrar en el barco, una
vez pasados todos los controles de seguridad.
El viajero alegó que nadie había avisado por megafonía del
embarque y él había llegado con la antelación suficiente
para coger el barco, razones que el personal de seguridad no
tuvo en cuenta. Tampoco le facilitaron el libro de
reclamaciones cuando este pasajero lo pidió, por lo que el
barco zarpó finalmente sin que él pudiera embarcar.
Dada esta circunstancia, este viajero melillense no pudo
viajar a Málaga cuando tenía previsto y perdió también el
vuelo que tenía previsto coger en esa ciudad, causándole un
gran perjuicio. “Y todo porque la megafonía no funciona,
cuando es un edificio nuevo y moderno. Lo que me pasó a mí
le podía haber ocurrido a cualquiera, aunque eso sería
impensable en el aeropuerto, donde llaman varias veces por
megafonía para embarcar”, lamentó.
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