Hablar de Manuel Carrera para muchos es hablar del
Benvenuto Cellini del la época contemporánea. El considerado
mejor orfebre del mundo del Renacimiento no reniega del
manierismo, como Carrera, que viene de la mano de su amigo
Carlos Chocrón a exponer en Ceuta parte de su obra. Una
ninfa de primavera que sostiene un cuenco de plata dorada y
material de 24.700 euros llama a todos la atención por el
delicado trato a las formas ante su compleja postura. Es
sólo un ejemplo del arte de un castellano forjado a sí mismo
que a sus 69 años sigue trabajando con ilusión. Ahora
investiga el mundo de la piedra sin dejar de ofrecer a los
amantes del arte las composiciones que le han llevado a lo
más alto.
Pregunta.- Es creador, es castellano, es joyero ... ¿qué
más cosas es?
Respuesta.- Un admirador de la joyería, mi primer oficio y
un enamorado de la belleza y del arte. Me quedo con lo
último.
P.- ¿Cómo decidió dedicar su vida a este negocio?
R.- Empecé a los 14 años porque vengo de una dinastía de
familia joyera y yo lo único que hice fue seguirla . No por
obligación. Realmente me gustaba aunque podría haber hecho
cualquier otra cosa.
P.- Si por algo se le conoce es por ser innovador.
¿Cuándo comenzó la verdadera revolución en el estilo?
R.- Innovar como tal a partir del año 52 aproximadamente
pero claro, era muy joven y quería hacer cosas diferentes.
Rompí un poco con las formas tradicionales que seguía mi
familia.
P.- Es uno de los impulsores de la joyería como arte y no
como mera ornamentación... ¿ha sido difícil el camino?
R.- Muy difícil, mucho. El mundo de la joya no era como
ahora, había una economía más restringida en España y hacer
algo muy novedoso que no siguiera los conceptos de siempre
fue muy complicado.
P.- No hay mal que por bien no venga. ¿Por eso tuvo que
ampliar horizontes donde se ha visto su obra tan reconocida?
R.- Claro. España no se consideraba un país con tradición,
importante en este sentido. Y en otros muchos éramos un país
ignorado, no se nos tenía en cuenta. Quizá tampoco sabían
que siempre fuimos punteros en el arte. Pero lo cierto es
que tuve que ampliar el mercado al resto de Europa, Rusia,
Medio Oriente, Japón, Estados Unidos...
P.- ¿Quién ha adquirido sus creaciones?
R.- En la sociedad española desde Su Majestad la Reina, Tom
Jones, Julio Iglesias, Rostropovich...
P.- ¿Es tan pretencioso este mundo del lujo como lo
pintan?
R.- La joyería va unida a la vanidad y eso parece que tenga
algo de pretencioso. Pero lo mismo pasa en el mundo de la
moda quizá a mayor nivel. Es algo que hay que saber que está
ahí.
P.- ¿De la joyería ceutí que puede decirnos?
R.- Conozco a Chocrón, de todos amigos y como joyero activo
que comenzó de joven hay que resaltar que no es solamente un
comerciante y un joyero, es una gran persona y un gran
maestro en este mundo.
P.- ¿Cuál es el material con el que se siente más cómodo
trabajando y el que más le gusta?
R.- Siempre el diamante pero también me gusta la perla, el
zafiro, la esmeralda... Como piedra más humilde,
semipreciosa, la turquesa me encanta, es maravillosa.
P.- ¿De cuál de sus creaciones se siente más orgulloso?
R.- El Arca del Descubrimiento de América que realicé con
motivo del 500 aniversario en 1992, una pieza que está en el
Palacio de Oriente y amadrinó Su Majestad la Reina Doña
Sofia.
P.- Sueños
R.- Que siga adelante la escuela que he creado en un pueblo
de Guadalajara para todos los que quieran dedicarse a ésto
que sepan que les ayudaré.
P.- ¿Qué le ha enseñado este mundo durante este más de
medio siglo?
R.- He aprendido que la vanidad es una torpeza, que
creyéndoselo todo vienen muchos revolcones aún a gente que
no se lo merece y que nunca se es el primero en nada,
siempre hay alguien mejor.
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