Lo que bien empieza y bien se
lleva, generalmente, bien acaba. Con elogios incluso desde
el PSOE, el Gobierno de la Ciudad Autónoma encaró ayer las
que se presupone serán las últimas 48 horas del larguísimo
proceso de negociación del nuevo sistema de financiación
autonómica con la certeza de que sus argumentos y las formas
que se han utilizado para exponerlos no sólo han sido
comprendidos, sino también aceptados en buena medidapor el
Ejecutivo que preside José Luis Rodríguez Zapatero.
Aunque lejos de los más de 30 millones de euros en los que
Deloitte había cifrado el déficit que acumula la Ciudad por
la prestación de determinados servicios y otros
condicionantes locales los 15 millones extra que Ceuta
acabará percibiendo del Estado por financiación autonómica
en el plazo de dos o tres años tampoco deben ser desdeñados,
especialmente en momentos de crisis como los que se
atraviesan actualmente.
Tanto el presidente Vivas como el consejero de Hacienda,
Francisco Márquez, no han tenido empacho alguno en reconocer
que había que tener en cuenta la situación económica a nivel
nacional e internacional para calibrar el tamaño de las
reivindicaciones, y el Ejecutivo de Zapatero parece haber
captado con sensibilidad dicha posición, asentada en
argumentos sólidos y objetivos. Ahora toca esperar que los
últimos contactos bilaterales entre el Ministerio de
Economía y la Administración ceutí no sólo no frustren en
camino avanzado, sino que, muy al contrario, terminen
rubricando ligeramente al alza las cantidades adelantadas
anteayer.
Y esperar que los presagios de representantes de la
oposición como Cristóbal Montoro no se cumplan y el nuevo
sistema sirva, como anunció el Gobierno, para asegurar “la
solidaridad e igualdad entre todos los ciudadanos y, por lo
tanto, el incremento de la equidad y la suficiencia en la
financiación del conjunto de las competencias transferidas a
las Autonomías”.
|