La segunda campaña de prospeccciones de la Carta
Arqueológica del Norte de Marruecos, que los profesores de
la Universidad de Cádiz Darío Bernal y José Ramos,
directores del yacimiento de Benzú, desarrollan en
colaboración con instituciones del país vecino, ha servido
para descubrir 28 nuevos sitios arqueológicos. De ellos, 18
tiene registro prehistórico y algunos han arrojado
interesantes datos sobre el movimiento de la población
humana en la región y, por tanto, relacionados con Ceuta.
La segunda campaña de prospecciones del proyecto de la Carta
Arqueológica del Norte de Marruecos ha arrojado como
resultado el hallazgo de 28 nuevos sitios, que se suman a
los 80 de la anterior, inéditos hasta la fecha y que cubren
“todo el espectro histórico”, aunque de ellos, 18 tienen
localización con registro prehistórico. Tal como explicó el
profesor José Ramos, uno de los directores españoles del
proyecto junto con su compañero de la Universidad de Cádiz
(UCA) Darío Bernal, en estos descubrimientos destaca la
documentación del paleolítico inferior con una antigüedad
que en algunos casos alcanza el medio millón de años, en
cronologías “anteriores a Benzú”, apunta.
Para Ramos, la información obtenida resulta “espectacular y
de gran interés”, pues los hallazgos realizados en las
terrazas de los ríos Negro y Smir, así como en pequeñas
lagunas interiores, “responden en el fondo a un modelo muy
parecido a la prehistoria de Ceuta”. De hecho, los
yacimientos encontrados son similares, apunta el historiador
y codirector de la investigación de la Cueva y Abrigo de
Benzú, a los que se han documentado en zonas de la ciudad
como Benítez, Calamocarro o el Tarajal.
Ramos considera que el trabajo en las zonas limítrofes con
Ceuta está siendo de gran utilidad para “entender la
secuencia regional y los enlaces y paralelismos con Benzú”.
Por ejemplo, los elementos de la cultura Musteriense
hallados en Marruecos, similares a los de los estratos 7 a 3
del Abrigo ceutí, demuestran “la movilidad de los grupos
humanos en el pleistoceno medio”. En este aspecto, resulta
fundamental, indicó Ramos, el trabajo de los expertos en
geoarqueología, que estudian los materiales con los que
están confeccionadas las herramientas líticas. En este caso,
el trabajo ha correspondido a los profesores Salvador
Domínguez, de la UCA, y Alí Maate, docente de la Universidad
Abdelmalek Esaadi de Tetuán.
En esta campaña, que comenzó el pasado 17 de junio, el
trabajo del equipo de investigación hispano-marroquí se ha
centrado en la zona comprendida entre las ciudades de M’diq
(Rincón) y F’nideq (Castillejos).
El equipo ha tenido también la oportunidad de trabajar en la
cueva de Gar Cahal, situada en las inmediaciones del macizo
calcáreo de la Mujer Muerta o Yebel Musa, cuyo neolítico
muestra también, afirma Ramos, grandes similitudes con el de
Benzú.
En el proyecto, financiado por la Agencia Española de
Cooperación Internacional (AECI) participan también el Museo
de Tetuán y el Instituto Nacional de Ciencias de la
Arqueología y el Patrimonio (INSAP) de Rabat. Se trata de un
plan con programación quinquenal que comenzó en 2008.
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