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					Con el objetivo de responder a la buena demanda del público 
					que está haciendo proliferar los espectáculos musicales en 
					nuestro país, Ceuta recibió, el sábado por la noche, a Las 
					Leandras, revista representada por la compañía Puerta de 
					Alcalá y que corre a cargo del director musical Félix San 
					Mateo y del director escénico Adolfo Pastor. 
					 
					El espectáculo que recibió la pasada noche del sábado el 
					Conjunto Monumental de las Murallas Reales, estrenado el 12 
					de noviembre de 1931 en el Teatro Pavón de Madrid, y que ha 
					sido representado en multitud de ocasiones, poseía en su 
					repertorio números tan conocidos como Las viudas, El Pichi, 
					o Los nardos, entre otros.  
					 
					Puerta de Alcalá interpretó su adaptación de esta gran obra 
					a las formas más actuales y lo hizo a través de un reparto 
					extenso compuesto por dos actrices y cantantes, que 
					representan el papel de protagonistas; una vedette muy 
					participativa con el público; el actor y cantante que 
					encarna al personaje que da nombre a la obra, Leandro; dos 
					actrices y dos actores cómicos, y tres actores secundarios.
					 
					 
					En definitiva y en conjunto, una oferta tanto musical como 
					visual que vino acompañada de un argumento con fascinantes 
					diálogos cuya trama, en hilo humorístico, con los 
					malentendidos y enredos que surgen, convirtió a Las Leandras 
					en una representación que despertó más de una sonrisa entre 
					su público. Este pasatiempo cómico se dividió en dos actos 
					en cuya primera parte se desarrolló un comienzo que arrancó 
					con la celebración del éxito de la joven vedette Concha, 
					encarnada por la actriz Rosa Ruiz, y que estuvo acompañada, 
					entre otros, por su celoso novio Leandro, el apuntador 
					Porras y su hija Aurora.  
					 
					Estos cuatro fueron los encargados de organizar en un hotel 
					vacío, que poseía Leandro en las afueras de Madrid, una 
					especie de colegio con el fin de engañar al tío de la 
					vedette, Don Francisco, hombre severo que al morir su madre 
					la internó en un colegio del cual se escapó y que le había 
					prometido que cuando concluyera sus estudios le haría un 
					“ingreso” que le aportaría una renta anual. 
					 
					A partir de ahí la trama se fue complicando cada vez más y 
					este enredo llegó hasta la segunda parte de la obra donde 
					las confusiones se adueñaron del argumento cuyo final volvió 
					a tener al factor sorpresa y al humor como protagonistas. 
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