Ahora resulta que el presidente de Cantabria, Miguel Angel
Revilla, también le regala anchoas a su colega valenciano,
Francisco Camps. Lógico. O sea, que la alcaldesa de
Valencia, Rita Barberá, perdió una excelente ocasión de
callarse al comparar con notable torpeza las anchoas que
Revilla le regala a Zapatero con los trajes que le regalan a
Camps. ¿Se los regalan, como cree el juez, o se los paga de
su bolsillo, como dijo más de una vez?
Esa es la madre del cordero porque de las declaraciones de
Rita Barberá, en las que pedía para el presidente del
Gobierno, por cuenta de las anchoas, un trato judicial
semejante al que está recibiendo el presidente de la
Comunidad Autónoma de Valencia, se deducía claramente que a
Camps le han regalado esos trajes. Es decir, que ha mentido
al negarlo. Pues si se trataba de ayudar al presidente
valenciano, lo mejor que pudo haber hecho la alcaldesa es
morderse la lengua.
Sin embargo, el propio Camps no le va a la zaga en esta rara
habilidad de algunos políticos para darse tiros en el pie.
Me refiero a la torpeza con la que ha gestionado todo este
“absurdo” y “estrafalario” culebrón. Sí, señor, absurdo y
estrafalario, como ha dicho el interesado. Pero con su
inestimable colaboración.
Han sido clamorosos los errores cometidos en primera persona
por el presidente valenciano. A saber: negar lo evidente,
arremeter contra los mensajeros (jueces, periodistas,
policías, fiscales, políticos de otros partidos), quejarse
de la politización del caso mientras invocaba su barrida
electoral del 7 de junio como una forma de blanquear sus
problemas judiciales y remitirse a los tribunales como único
ámbito en el que estaba dispuesto a contarlo todo, “que es
nada”, añadía.
Pues algo si era, según el auto del magistrado-instructor
del caso Gürtel ante el Tribunal Superior de Justicia de
Valencia. En resumen, el auto deniega el archivo de la
causa, imputa a Camps un delito de cohecho (artículo 426 del
Código Penal) y resuelve la incoación del procedimiento por
el Tribunal del Jurado. Y le cita como imputado -con los
demás y partes personadas- para las 10.00 horas del próximo
día 15 de julio.
Sin perjuicio de que pueda prosperar el recurso de apelación
y reforma que los abogados de Camps van a presentar en los
próximos días, los efectos políticos y mediáticos son y
serán demoledores para Camps y su partido. Aunque sólo sea
porque en la plaza pública ya se sabe que el presidente
valenciano no dijo la verdad al declarar que él se paga sus
trajes.
Y si quedaba alguna duda, su amiga, la alcaldesa, Rita
Barberá, las ha aclarado en su torpe comparación con las
anchoas que Revilla le regala a Zapatero. Y también a Camps,
por cierto.
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