Ceuta vivió ayer una jornada
intensa gracias a la decisión del ceutí de pro, Carlos
Chocrón y su familia de celebrar en la cuna de su imperio,
Ceuta, el sesenta aniversario de su firma joyera que hizo
crecer y crecer desde que cogiera las riendas del ‘negocio’
a mitad del pasado siglo que iniciara su abuelo años atrás.
Caballa de corazón, Chocrón conjuga la joyería con su
especial empeño de embajador de una tierra que aunque no le
vio nacer le tiene permanentemente enamorado. Es su “bella
desconocida que nos mete en sus redes y no nos permite
salir”. Con su máxima de “a la vida coraje y al trabajo, más
rabajo”, Chocrón reconoce que a Ceuta le ha dedicado su vida
en cuerpo y alma... y lo sigue haciendo por muchos años.
La llegada de una pléyade de famosos personajes del papel
cuché y de los medios dedicados a la sociedad no ha hecho
más que ubicar a la ciudad en un lugar de máximos dado el
caché en términos de categoría y clase de los visitantes que
ayer pudieron vivir 24 horas intensas de una Ceuta que
también existe y que es capaz de ofrecer servicios por su
excepecional potencial como acogedora también de caché de
eventos propios de las grandes capitales. Eso es lo que
también ha conseguido Carlos Chocrón. Dar un día grande a la
ciudad en base a la mejor exportación de las esencias de
esta tierra.
No se vivía la presencia de tanto famoso en Ceuta desde que
se inaugurara el Parque Marítimo del Mediterráneo en mitad
de los 90 y este evento de lujo, calidad y de excelencias
con la ciudad como escenario principal es otro de los
legados de Carlos Chocrón y de su sucesor, Moisés, nacido y
criado en Ceuta; educado en los mejores valores que bien ha
sabido recibir de sus propios progenitores, más los sumados
en el colegio de los reverendos Agustinos.
Chocrón aportó ayer el glamour a una ciudad que necesita más
eventos de este calibre y se mostró como lo que es, una
sinergia positiva que favorece indudablemente a Ceuta.
|