Patrimonio Mundial de la UNESCO gracias a la gran catedral
que en 1195 decidió comenzar a construir el arzobispo de
Aquitania, la ciudad francesa de Bourges, en pleno centro de
Francia, tiene una cita cada dos años con África. Siempre es
en verano, cuando el presidente de la modesta oenegé
francesa ‘Partage et Assistance sans Frontière (PASF)’
[“algo así como ‘Intercambios y asistencia sin fronteras”,
explica Jean Jacques Gauzin] emprende el viaje hacia Niamey,
la capital de Níger.
Es una experiencia que se remite bianualmente desde 2005.
Más de ocho mil kilómetros de carretera que empezaron a
recorrer este año el pasado lunes. Después de dormir,
primera etapa, en Almería, las personas que forman en esta
ocasión la expedición llegaron a Ceuta anteayer a última
hora de la tarde encabezados por el propio Gauzin, varios
voluntarios y una joven periodista, Coraline Molinie,
embarcada en la realización de un documental sobre cada una
de las paradas de la gran ruta.
El grupo incluye tres vehículos: un bibliobús, una
ambulancia y un tercer automóvil, restaurados todos ellos
por la escuela de mecánica en la que Gauzin trabaja como
profesor.
“Siempre es agradable atravesar la puerta de África”, señala
el presidente de la oenegé, que sólo ha faltado a su cita
con Ceuta en 2007, cuando al llevar un camión de grandes
dimensiones posibles conflictos aduanera le aconsejaron
desviar el cruce del Estrecho hacia Tánger.
El equipo fundirá sus vacaciones en llegar al corazón de
África, meta que esperan alcanzar en “tres o cuatro
semanas”. Después, vuelta en avión y a preparar la próxima
“misión”, que previsiblemente tendrá como fecha de ejecución
2011.
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