Ceuta está ‘gallardonizada’, ¿quién la desgallardonizará?...
las obras en el centro de la ciudad exigen paciencia pero
empieza a escasear entre la población. Sumergirse durante
horas puntas en la zona centro se convierte en minutos
interminables de reloj y grandes dosis de esa paciencia que
escasea. Las obras no perdonan ni al transporte público ni
al privado y al menos los afectados piensan que el curso
escolar ha terminado y que el caos es menor que el que
podría ser. A esto se une la escasez de efectivos policiales
para controlar la circulación y la poca efectividad que los
ciudadanos denuncian que tiene la Ciudad para solucionarlo.
Son necesarias “pero un incordio”. Eso es lo que opina la
gente de a pie, de a coche y de autobús. El centro de la
ciudad autónoma está de obras y muchas de sus calles están
cortadas, obligan al rodeo de vehículos, a la pérdida de
tiempo, de dinero y de paciencia. ¿La clave? para muchos de
los afectados está en aumentar la plantilla de efectivos
policiales que deben controlar el tráfico. Desde la Ciudad,
el consejero de Gobernación dice que los policías “son
suficientes y no sólo trabajan en las horas punta, sino las
24 horas del día”.
Jose Antonio Rodríguez Gómez cree que las obras, la
afluencia con la llegada del verano de marroquíes que pasan
al país vecino y la falta de aparcamientos así como la
limitación de espacio en Ceuta son la verdadera causa del
problema. “Hay un parque móvil de 50.000 vehículos y somos
77.000 habitantes, es excesivo”, apunta. Pero “trabajamos en
el problema y vamos abrir nuevos aparcamientos que servirán
para solventar un poco la situación que hay que aclarar que
se produce entre semana y nunca los sábados y domingos”. Lo
que se plantea desde la Ciudad parece que no es suficiente.
A las 14:00 horas un atasco en Méndez Núñez comienza a poner
nerviosos a los que lo sufren cada día. Para conciertazo, el
de cada mañana en puntos claves de taponamientos como éste.
“Aquí tendría que haber un policía, pero nada. Pasan los
minutos y esto cada año va a más”, explica un trabajador que
viene de Hadú y ha tardado casi media hora en llegar hasta
ahí.
Sin policías
La principal crítica de conductores que se ven obligados a
transitar por las calles del centro se centra en la falta de
agentes a la hora de regular las intersecciones de mayor
flujo dentro de las vías de esta zona afectada por las
obras.
En realidad las esperas para transitar por las calles
interiores superan los 25 minutos por el caos que supone el
que cada conductor “se tome las preferencias de paso como
quiera”, argumentaba un ‘damnificado’ automovilista del
centro. Por este motivo, los conductores piden que mientras
duren las obras exista un operativo policial para dar
fluidez al tráfico y evitar los colapsos.
Plaza de la Constitución
Otro punto negro en el caos circulatorio ceutí es el del
corte de otro carril en Vitori Goñalons para realizar las
obras de renovación de redes de saneamiento. En dos semanas
finalizan. Mientras tanto, “no queda otra que aguantarse”,
explica uno de los conductores que realiza la ruta que va
desde el centro hasta Hadú. El aviso de que se pretende
finalizar antes del comienzo de las fiestas patronales la
colocación de un nuevo colector de saneamiento y de aguas
pluviales, renovación de red de saneamiento y acometidas
domiciliarias en la zona centro no termina de creérselo.
“Parece que terminamos una obra y comienza otra y estamos en
esta situación siempre”, apunta. Dice que es bueno para la
Ciudad, pero requiere una organización que no existe y que
provoca que traslados de cinco minutos se realicen incluso
en 45 minutos. Los usuarios del transporte público tampoco
se callan: “Esto no es normal. Estar parados tanto tiempo o
tardar una hora en llegar de la frontera que eso me ha
pasado a mí”, comenta una vecina de Juan Carlos I.
El gerente de la empresa de autobuses defiende a sus
compañeros y sabe que es un tema enquistado “de solución
complicada porque Ceuta no se puede estirar más y el parque
de vehículos cada vez es mayor”. Cree que lo ideal sería un
carril rápido pero “no hay sitio y en los lugares que puede
haberlo restaríamos zona de aparcamiento”. Pero en la zona
de la frontera, podría habilitarse un carril para los que
van hacia Marruecos exclusivamente y se agilizaría el
tráfico para los que circulen por la ciudad. “Eso sí lo veo
más viable, pero no se si se hará”. Los taxistas también son
otro de los sectores que más sufren en problema. Luis Sarriá
enumera que les ocasiona mayores gastos al andar con marchas
cortas (aproximadamente un 25 por ciento más) mayor desgaste
psicológico porque muchos clientes se enfadan al comprobar
que tienen que dar muchos rodeos para llegar a sus casas y
por soportar tantas horas el caos con otros conductores ya
sin paciencia, más esfuerzo físico al recorrer los casi 200
kilómetros diarios que circulan...
“Debe haber mayor organización y si cierran algunas calles
pues dar algún privilegio al transporte público que es al
fin y al cabo privilegiar a la ciudadanía”, explica.
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